En nuestra Catedral existía una parte museística hasta su conversión cuando la Expo, con la Magna Hispalensis, en Parque Temático abierto a los turistas y cerrado a los sevillanos que queremos ir a rezar a nuestra Virgen de la Antigua o a pedir suerte en los exámenes a la Virgen de la Estrella de los Alabastros. Ese museíllo interior estaba en la Sacristía de los Cálices y era conocido como "el Tesoro de la Catedral". La única "Catedral de pago" que existía. Lo que hacía pensar que en la Catedral sólo era un tesoro cuanto allí se exponía. Con la turistificaciòn de la Catedral, el monumento más visitado de Sevilla, gran fuente de ingresos para el Arzobispado, que con ese dinero atiende muchas necesidades y restaura y salva de la ruina muchas iglesias de pueblo, hemos comprobado que eso del "Tesoro de la Catedral" era tomar una parte por el todo. Si debemos hablar del "tesoro de la Catedral" es para referirnos a la totalidad de la riqueza artística, de la hermosura, de la grandiosidad del templo metropolitano. Toda la Catedral es un tesoro.
¿Quién conoce toda la riqueza artística que la Catedral encierra? Los sevillanos, a grandes rasgos. Le preguntas, por ejemplo, a un sevillano dónde está el Cristo del Millón y no lo sabe que remata en la acrótera ese tesoro que es el retablo de la Capilla Mayor. Lo que en Sevilla se pronuncia como "el altar mayor de la Catedral". Y ni le cuento si pregunta dónde está la Capilla de Scalas. A lo mejor te dicen que en Milán. El descubrimiento de América fue una tontería, una chamba de Colón, al lado del continuo descubrimiento que los sevillanos y los responsables del primer templo hacen del inmenso tesoro que es la Catedral. Ahora, en el Trascoro, donde pocos saben que está la Virgen de los Remedios, supongo que por iniciativa de la valiosísima, eficaz y muy emprendedora conservadora doña Ana Isabel Gamero, el Cabildo, aprovechando parte de la estructura de la exposición sobre Murillo, acaba de abrir una muestra de textiles históricos de ornamentos y paños sagrados del patrimonio histórico-artístico de la Metropolitana y Patriarcal. "La intención del Cabildo --dice Ana Isabel Gamero-- es difundir entre los fieles y visitantes la vida ordinaria de la institución, tomando como referente la estética que presentaba la sala de ornamentos del Tesoro".
Hasta esta exposición no sabíamos que la Catedral conserva aproximadamente unas cuatro mil piezas con estos tejidos históricos antiquísimos, entre las que destacan los ternos de los siglos XVII y XVIII, así como manípulos, cubrecálices, amitos, paños de púlpito y de indulgencias, de túmulos, velos de altar. Existen cerca de trescientas capas pluviales o procesionales, con orfres y capillos de imaginería, restaurados y trasladados a nuevos soportes. Aún hoy se continúan utilizando las mismas capas: rojas en las procesiones de las Palmas del Domingo de Ramos y de la Espada del día de San Clemente; blancas el día de San Fernando y azules en la fiesta de la Purísima. Los frontales de altar conservados son veinte y la mayoría tienen ternos en conjunto. Entre los paños destacan los faldones procesionales de la Custodia del Corpus y varios gremiales del siglo XVIII; el gran tapiz bordado filipino del XVII; un repostero carmesí bordado con el emblema de la Catedral, de finales del XVII, y varios paños de difuntos bordados en el mismo periodo, los de los solemnes funerales por los Reyes muertos. En la Catedral está depositada la capa pluvial con la que se revistió Carlos V el día de su coronación en la Catedral de Aquisgrán en 1520. Y también extraordinarios restos de las vestiduras de San Fernando y su Pendón, izado por las tropas cristianas al ganar Sevilla a los moros en 1248, una pieza excepcional realizada en la primera mitad del siglo XIII. Espero que esta muestra de tejidos históricos acabe de convencernos a los sevillanos de la riqueza de ese tesoro inmenso y en parte por descubrir que es la Catedral. Y de paso, si convence a los canónigos para que en los cultos solemnes luzcan estos sagrados ornamentos riquísimos en vez de tanta casulla gótica chuchiperri de tienda de artículos religiosos de la calle Chapineros, pues ni te cuento...
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