Seguro que existe un San Pacto si rebuscáramos por el santoral cristiano como hacía Cela, que parecía que se inventaba santos que luego de verdad existían. Y hoy es el día de San Pacto. Si no has firmado un pacto, si no te han propuesto un pacto, si no te han llamado para discutir un pacto, si no te han ninguneado a la hora de formalizar un pacto, no eres ab-so-lu-ta-men-te nadie. Y más si estás en políica. Cuando España estaba tan concorde y reconciliada en el espìritu de la Constitución de 1978 y el equilibrio político se basaba en los dos grandes partidos, en el PP y el PSOE, no hacían falta los pactos.
-- ¿Pero qué está usted diciendo? Le hace falta tomarse media docena de cartuchos de paquetes de rabitos de pasas. ¿No se acuerda usted de las primeras elecciones municipales democráticas en Sevilla, que salió con el mayor número de votos por la UCD, o sea, virtual alcalde, el catedrático Rafael López Palanco (que se esribía Palanco y se pronunciaba Polanco), pero hubo un pacto de izquierdas entre el PSOE, el Partido Comunista y el PSA, Partido Socialista de Andalucía, (luego andalucistas), y mediante un acuerdo de perdedoras le dieron la alcaldía a un señor y a un caballero, como don Luis Uruñuela, y con ello no quiero decir que Palanco no lo fuera. ¿Y no se acuerda usted tampoco que por un cambio de cromos dentro de ese pacto de las izquierdas al PSA le quitaron la alcaldía de Granada y se la cambiaron por la de Sevilla, lo que a la larga habría de ser su ruina?
Algunos no tienen vergüenza, pero otros no tenemos memoria. Esto de los pactos tras las elecciones es más antiguo que el hilo negro. De golpe y porrazo, aquí todo el mundo ha dejado de decir que tiene que salir "la lista más votada". Ahora salen las listas que más votos suman, más diputados o más concejales, según el culto a San Pacto. En casa usted tiene un pacto todas las tardes, sin que lo sepa. Si su mujer y sus hijas quieren ver "Sálvame", se ponga usted como se ponga, como ellas son mayoría, se queda sin ver la película que le interesa. O La 13, que nunca hablamos aquí de La 13, cuando tenemos puestas todas nuestras complacencias, como usted, en La 13. De la que lo único que no nos gusta es el numerito, qué mala pata. ¿No le podían poner la 12+1, por ejemplo? Pasa con La 13 como le ocurre a don Juan Espadas, que saldrá hoy elegido alcalde sin pacto de ninguna clase, como la lista más votada y refrendada, aunque haya obtenido, toca madera, 13 concejales, 13, y estemos en la XIII Legislatura, XIII, de las Cortes.
Hoy, pues, es San Pacto para todo el mundo, menos para Espadas, que tiene el sufragio universal de haberlo hecho bien y sin cometer locuras ni hacer el Zoido o el Monteseirín en los últimos cuatro años, contentando a propios y extraños. Y sabiendo no tener las manos atadas ante la izquierda radical que lo llevó con sus votos a la Alcaldía. Ahora ya, libre de ataduras izquierdosas, se permitirá el lujazo de gobernar en solitario, ayudado por esos pilares finos que, al modo de los que sostienen a Triana, son Juan Carlos Cabrera, Antonio Muñoz y Carmen Castreño. Espadas puede permitirse este lujo de no venerar hoy a San Pacto porque ha sido votado en los distritos hasta ahora tradicionales de la derecha, como Los Remedios, el Casco Antiguo, Nervión o Triana. Con ésos es con los que ha hecho el pacto: con los votantes conservadores que han querido liberarlo de las ataduras de la izquierda pata gobernar.
Ahora que investidura, investidura, lo que se dice investidura, no será hasta el día 20, el Día del Corpus. Cuando ese día don Juan Espadas vaya tras la Custodia y con la corporación municipal en pleno (en la que faltaran los concejales agnósticos profesionales de siempre), entonces en los gestos complacidos de la gente por la calle Francos, y por Sierpes, y por Cerrajería, y por la Avenida, comprobaremos que a don Juan Espadas no lo he hecho falta pacto para ser alcalde, aunque no tenga mayoría absoluta. Bueno, sí: tiene la mayoría absoluta de los encantados con su anterior mandato, que le han permitido arrancar la hoja de San Pacto de su almanaque.
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