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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  24 de junio de 2019
                               
 

La Manada y la ola

Todo el asunto de La Manada sevillana que violó en grupo a una muchacha en las fiestas de San Fermín es vomitivo. Y hay un aspecto en el que se ha reparado poco: uno de estos indeseables era guardia civil. Un repugnante sujeto para quien el honor no era precisamente su divisa y me imagino que no habrá durado ni cinco minutos como agente de la Guardia Civil. A la que, por cierto, ¿han visto que cada vez se le llama menos "La Benemérita", aun siéndolo desde hace 175 años? Parece que decir "Benemérita" no es políticamente correcto. Hay determinados periódicos en cuyos libros de estilo está terminantemente prohibido llamar así al Instituto Armado que tan bien nos cae a los españoles y nos saca las castañas del fuego en las situaciones más difíciles, arriesgando los agentes a veces su propia vida.

El Supremo, como saben, ha aumentado las penas impuestas a esta Manada de bestias, y todos los partidos se han alegrado de que paguen en la cárcel su execrable acción, borrachos y en grupo, de noche y contra una pobre muchacha sola, a la que forzaron en un portal. De horror. Todos los partidos se han alegrado, como nos hemos alegrados todos y retomado confianza en la Justicia, tras esta sentencia del Tribunal Supremo que le ha metido 15 años para el chaleco a cada violador, que para más inri eran sevillanos. Con lo grande que es España, que La Manada tenga que ser sevillana ya es mala suerte y mala fama para nuestra ciudad.

Pero los noticiarios que informaban de esta general satisfacciòn de los partidos por el endurecimiento de las penas, hacían todos una salvedad. Que se habían congratulado todos los partidos...excepto Vox. Ya saben: ni Bildu ni ningún partido separatista catalán radical es "de extrema izquierda", ¿qué va a serlo? Pero Voz sí es siempre "la extrema derecha". Defender la Constitución, el sistema de valores de nuestra civilización cristiana y occidental, la ley, el orden, la propiedad privada, el esfuerzo, la Bandera, la Monarquía, la Unidad de España, ya saben, es de "extrema derecha". Digo todo esto en favor de Vox, que me cae muy bien y defender suelo, pero que con La Manada ha quedado peor que Cagancho en Almagro. Ay, ese silencio ante la sentencia ejemplar del Supremo... Los de Vox son especialistas en meter patones gordos innecesarios en temas perfectamente obviables, como el de la fecha del Día de Andalucía, Y ahora, con La Manada, igual. No han hablado contra los violadores cuando todos lo hacían. Y cuando lo han hecho, ha sido tarde y mal. Por boca de mi por otra parte admirado y respetado juez Serrano, que en vez de estar callado, que está guapísimo, ha dicho que el fallo del Supremo contra La Manada está cargado "de condicionamientos políticos y mediáticos". De aquí a que los pongan como defensores de La Manada comprenderán que hay cinco minutos. Y no contento con eso, mi votado juez Serrano ha añadido: "Es una sentencia dictada por la turba feminista supremacista".

Ay, querido Serrano... Tenía usted que haber seguido el sabio consejo político que me dio una vez don Luis Uruñuela, cuando era secretario general del PA. Consejo basado, creo yo, en su experiencia marinera de Rota, de donde era la familia materna de su primera mujer, doña Trinidad Mesa Puyana, cuyos padres que eran señores de viñedos en la Playa de la Costilla, Me dijo Uruñuela: "Cuando en la política o en la opinión pública hay una ola grande a favor de algo, es temerario e inútil enfrentarse a ella, porque te tumba y revuelca. No te cabe más remedio que dejarte llevar nadando hacia la rompiente a favor de esa ola, o sumergirte y que te pase por encima." Vox no ha seguido las marineras enseñanzas de Uruñuela y le ha dado en toda la cara la gran ola a favor del Supremo. Podían haberse sumergido, para que la ola les pasara por encima. Pero no lo han hecho y ahora, además, la dirección nacional ha desautorizado a Serrano y andan divididos en este asunto como si fueran Podemos. Vamos, que se han creído que podían ponerse frente a la ola contra La Manada y, ya ven, ¡menudo revolcón y ajogaìlla les ha pegado, que hasta les ha quitado el bañador y andan algunos en pelotas vivas!

 

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