Me contaban los amigos del Colegio Mayor Guadaira que en los años duros de la crisis que empezó en 2008 y que Zapatero negó más veces que San Pedro sin que cantara el gallo, sino que cantó la gallina, sobraban plazas libres todos los cursos. En esta Sevilla de los pendulazos, ahora hay listas de espera y se dan los estudiantes bofetadas por conseguir plaza en un colegio mayor o en una residencia. Y todo tiene su origen en lo mismo: en las burbujas. La subida de alquileres ha llegado también a los pisos de estudiantes, y ya sale más barato vivir en un colegio mayor o en una residencia. O sea, que tras la burbuja de los hoteles y la burbuja de los pisos turísticos, ahora tememos la de los colegios mayores y residencias universitarias. Y como siempre ocurre con las burbujas, todo el mundo quiere aprovecharse de ella ahora, y empieza proyectos y más proyectos, sin ponerse a pensar cómo estarán las condiciones del mercadeo cuando sean realidad y estén ya dispuestas las habitaciones en espera de estudiantes. Hay proyectadas en Sevilla nueve residencias de estudiantes, con tres mil plazas. Entre ellas, las del pelotazo extraño y nunca explicado de la Cámara de Comercio con el Club Antares, que la Comisión del Patrimonio autorizó derribar y dejar como la palma de la mano, siendo, como era, un edificio creo yo que estilo Secesión (¿no, Víctor Pérez Escolano?), de unos indudables valores arquitectónicos. Así que no dejan que toquen la fachada horrorosa de la FNAC y autorizan la demolición de Antares, que era una antigua fábrica o almacén de abono, interesantísima, reliquia de lo que fue, con La Exportadora y con La Algodonera, todo un polígono industrial en Tabladilla.
Me da miedo de que Sevilla esté funcionando a base de burbujas, como si nada ocurriera en la economía europea. Como si Alemania no anduviera en las dificultades en que aseguran que está. Y ya se sabe: cuando la economía alemana estornuda, la Unión Europea coge una pulmonía doble. Que es la que también anuncian algunos para España con los datos bancarios, con el Ibex y con la situación de las hipotecas, que parece que no se acercan tiempos precisamente de prosperidad y de amarre de perros con longanizas, entre otras cosas porque esas longanizas pueden ser de "La Mechá" o de "Sabores de Paterna" y la liamos. Aquí en Sevilla estamos todos encantados con nuestras burbujas en marcha, sin que nadie ande procurado por asuntos más fundamentales de nuestra economía, como el precio del aceite o del trigo duro. Nadie habla nada de burbuja alguna en ese campo que durante siglos dio a Sevilla de comer y que ahora es como algo que mira la gente para recalificar y edificar algo relacionado con la burbuja de turno. Así que por si nos faltaban burbujas con ladrillos de por medio, ahora tenemos la de los colegios mayores, centros de formación de la Universidad a los que tan poca atención se le presta oficialmente y donde tanto aprendimos, y de tantas cosas, los que tuvimos la suerte de pasar por ellos cuando estudiantes.
Por si fuera poca la burbuja de los pisos turísticos, que dicen que igualan ya en plazas de pernoctación a los hoteles que pagan bastante más impuestos, está además la burbuja de los propios hoteles. En todo van a hacer un hotel en Sevilla. Habría que decir como aquello de Aníbal González y los zócalos de azulejos de las vísperas de la Exposición Iberoamericana de 1929, cuando nos pregunten por Sevilla:
-- ¿Que cómo está Sevilla? Que como no tengas muy bien amarrada la propiedad de tu piso, viene un tío y te echa para hacer una vivienda turística, un hotel o una residencia de estudiantes.
¿Y habrá estudiantes para tantas residencias y colegios mayores? ¿Y habrá turistas para tantos hoteles? ¿Están leyendo las informaciones económicas de la crisis que parece que se avecina y que ahora no hay Zapatero que la niegue? A mí, la verdad, me da miedo tanta burbuja. Me parecen en muchos casos el cuento de la lechera. No quiero ser pesimista, pero veremos a ver en qué acaba tanta alegría de tanta burbuja...
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico
