ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 30 de diciembre de 2019
                               
 

El IVA de las sillas

Mira cómo con Cataluña no se atreven, mientras estén dorándoles la píldora para que el ego de Sánchez (que no hay aparato que pueda medirlo, de grande que es) pueda obtener la investidura y seguir encantado de haberse conocido en La Moncloa, que en su vida se vio en otra y no está dispuesto a dejar aquello ni muerto. Pero con Andalucía se están ensañando. Claro, eso pasa porque los andaluces hemos ejercido la libertad suprema de no votar al PSOE y de propiciar con nuestras papeletas este Gobierno del Cambio, al que no le perdonan que les arrebatara el cortijo, que acabaran con el Régimen de casi cuarenta años en que Junta y PSOE llegaron a ser, a ojos de la gente y en la práctica, una y la misma cosa. Y más tiene que fastidiarles además que las cifras e indicadores de Andalucía hayan mejorado con la presidencia de Moreno Bonilla. Les deben de tener un odio africano, en su momento triunfal de la mentira, del apaño, del pacto con los enemigos del sistema constitucional de concordia, de la situación de estabilidad que hemos gozado, en la que incluso hasta Rajoy pudo evitar la intervención de nuestra economía, que ya es poder, conociendo a Rajoy. Quien es por cierto, y lo repito, por no irse, es el gran culpable de la lamentable, alarmante y preocupante situación a la que ha llegado España.

Por eso se han atrevido a intervenir las cuentas de la Junta, por venganza, no porque miren por la economía, que las importa un pimiento, a juzgar por cómo sieguen derrochando en tonterías el dinero de todos. A Andalucía, de hecho, le han aplicado el 155 que no se atrevieron a Cataluña en toda su intensidad y con todas sus consecuencias. Y ahora, menos, porque Sánchez depende de un condenado por sedición y de un prófugo de la Justicia para que sea presidente de verdad quien está encantado con serlo en funciones.

Lo de las cuentas de Andalucía es lo más chocante del mundo. Así que le piden responsabilidades al Gobierno del Cambio de la Junta de las trampas para cazar elefantes que dejó el anterior, el del PSOE. Y se las pide la misma que origino esas deudas cuando era consejera, la ahora ministra María Jesús Montero. Eso se llama jugar con dos barajas, o las dos famosas varas de medir, que saben hay una para la derecha y otra para la izquierda. En la izquierda todo tiene justificación y explicación. En la derecha, leña al mono. Ya he dicho que por bastante menos que los ERE echaron a Rajoy y a Saánxhez ya lo ve: dicen que esas son cosas de gente que había antes en el partido, que el de ahgora no tiene nada que ver con nada de aquello. Y No Passsssa Nada.

Y tras intervenir las cuentas de la Junta por el déficit que arrojó su gestión en 2018 y de prohibir que se busquen créditos en los mercados del dinero, la ministra Montero ha advertido por carta al Gobierno Andaluz que no vuelva a hablar de intervención económica, porque menoscaba su reputación. Como ha escrito Álvaro Ybarra, ¿la reputación de la Junta? No, la reputación de la ministra gastosa que ahora quiere que la Junta se apriete el cinturón.

Hay dos símbolos de todo esto, de la autentica persecución del Gobierno (o lo que sea) de Sánchez contra la Junta, que evidencian las ganas que le tienen a la actual Junta, a la que quieren asfixiar para que los andaluces aprendamos a votar lo que hay que votar...que esa a ellos. El Gobierno le retira a la Junta los 25 millones que le daba para la atención a los "mena", a los inmigrantes menores no acompañados, fuente de conflicto y situación de pena. Y por si faltaba algo, otro símbolo más: le cobrarán el IVA del 21 por ciento a los abonos de sillas y palcos en Semana Santa. Vamos, como si la Semana Santa fuese un espectáculo y no una manifestación religiosa. Cobrar a las sillas de la carrera oficial el mismo IVA que al teatro es una forma más que tiene el Gobierno para perseguir a la Andalucía del Cambio. Por ahí a lo mejor las cofradías en la calle son un espectáculo y hay que cobrarles el IVA a las sillas. Pero en Sevilla no son en absoluto un espectáculo, sino una colectiva expresión de fe y de devoción. Para espectáculos, el lamentable que está dando el Gobierno en funciones, persiguiendo a Andalucía en todo lo posible en sus componendas de la investidura.

 

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