Y después dicen que los sevillanos somos supersticiosos, cuando en la Catedral tenemos colgado un alfonsí lagarto, lagarto, y cuando la calle principal lleva el nombre de Sierpes, e incluso hay una Cuesta de las Culebras empezando la del Rosario. Y para mayor abundamiento, los tranvías, cuando en Sevilla había tranvías, iban pintados de amarillo, con la mala suerte que dicen que da el amarillo, excepto a los seguidores del Cádiz F.C. que tienen como himno oficioso el pasodoble del difunto y genial Manolo Santander dedicado a ese color. Y los autobuses interurbanos más populares, frecuentados y conocidos en las carreteras de nuestra Andalucía la Baja durante 93 años han sido Los Amarillos. Que no sé si por la mala suerte de ese color o más bien por el cambio de era y de ciclo económico que estamos viviendo en todos los aspectos de la vida, dicen que están a punto de desaparecer, cuando eran un paisaje familiar y querido en tantos pueblos, incluso en muchos que hasta tenían tren, como Dos Hermanas, pero la gente prefería ir en el autobús de Los Amarillos.
Conozco por razones familiares de amistad de mis padres con los Carvajal la historia original de Los Amarillos. Es algo parecido a la de los millonarios americanos que empezaron vendiendo periódicos y terminaron con un imperio industrial o comercial. Don Sebastián Carvajal, de Coria del Río, empezó su gran empresa con un taxi dando servicio entre Sevilla y su pueblo, negocio que se le ocurrió cuando estaba haciendo el servicio militar. Coria se le quedó chico, y pasó a Dos Hermanas en 1923. Pero necesitaba una licencia de transporte, de viajeros, que le compró a un señor que se llamaba Amarillo, de ahí el nombre de su línea de autobuses. Que para poder ampliar, hizo sociedad con Manuel Canga Argüelles, que tenía la exclusiva de la línea Los Palacios-Sevilla. Los Amarillos estaban en marcha en aquella Andalucía que se repartía los mercados, como a otros pueblos de Huelva iban los autobuses de Damas o Granada los de la Alsina, por no olvidarnos del Rápido Algeciras que evoca Carlos Colón en sus viajes de niño a Tánger.
Los Amarillos llegaron a ser un símbolo de nuestra región. En Los Amarillos se iba a Ronda, a Chipiona, a Rota, a Ubrique, a Lebrija, a Sanlúcar de Barrameda. A media Andalucía la Baja. Los Amarillos, junto con las familias que venían a Sevilla al médico o los soldados que volvían al cuartel tras un permiso, eran en cierto modo un medio de comunicación informativa. En Los Amarillos iban cada día los paquetes de ejemplares del ABC del día. En la vieja Redacción de ABC, en la Huerta de la Salud o en Cardenal Ilundain, la prisa en el cierre tenía el nombre de Los Amarillos:
--¡Venga, cerrad ya Deportes, que vamos a perder el Ronda!
"El Rondaera el primer autobús correo de Los Amarillos que salía casi de madrugada hacia aquel destino. No tener cerrado, impreso, embuchado y grapado el periòdico a tiempo para coger "el Ronda" era "perder los correos", terrible circunstancia para un diario. En aquella España donde la parada de Los Amarillos era la que siempre tenía al lado el bar popularísimo y madrugador con la copita de aguardiente para matar el gusanillo antes de emprender el largo viaje en aquellos viejos Leylands de aceite pesado o en los primeros Pegasos. La vida iba y venía de los pueblos a Sevilla en un autobùs de Los Amarillos. A pueblos quizá no tan lejanos como los de la costa gaditana o la serranía rondeña, como Dos Hermanas, con la que Los Amarillos mantenía una línea que era prácticamente de autobuses urbanos. La expansión de este negocio era la ilusión del gran Armando Carlos Carvajal, el hijo del fundador, que fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla y que incluso montó en la calle Hernando Colòn una agencia de viajes para excursiones con los autobuses de la empresa. Todo eso, ay, puede ser pronto una nostalgia, pues dicen que Los Amarillos pueden desaparecer. Y con la prisa que me estaba dando para rematar este artículo, mira que si aunque cerremos pronto hoy el ABC no estará esperando las manos de ejemplares con olor a tinta fresca un autocar de Los Amarillos en la estación de autobuses del Prado camino de Roda...
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