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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 10 de marzo de 2020
                               
 

100 años de Tablada

Dije, y vuelvo a sostenerlo, porque la entrañable ocasión lo requiere ante los actos solemnes que se preparan con motivo de su centenario, que Tablada fue a la historia de la Aviación española lo que Cabo Kennedy a la carrera espacial de Estados Unidos. Aquellos primeros locos con sus viejos cacharros eran unos héroes populares que la gente conocía y admiraba. Hasta se sabía sus nombres y hazañas. Hubo toda una generación de españoles para los que eran familiares los nombres de Jiménez e Iglesias. Tablada cumple 100 años del real decreto de Don Alfonso XIII que daba luz verde a la constitución de cuatro bases aéreas en España: Getafe, Zaragoza, León y la sevillanísima Tablada, cuyas obras se completarían en 1923, cuando el Rey la inauguró oficialmente. Siendo la más meridional, fue punto de origen de las más sonadas aventuras de los largos vuelos en los inicios de nuestra Aviación militar.

Ha cambiado mucho el paisaje de la Dehesa de Tablada en estos 100 años. Antes de la Corta de Alfonso XIII en el Guadalquivir, quedaba separada de Sevilla por la Madre Vieja de Río, cuyas aguas cruzaban a nado los torerillos que iban a hacer la luna en los cerrados en la marisma. Allí en Tablada estaba el Hipódromo y, antes de su constitución como base, ya se realizaron los primeros vuelos que se hacían en Sevilla, en el mismo origen de nuestra Aviación. El resto de historia es quizá sabido. Son los años de oro de Tablada. El 10 de abril de 1923. el Rey Don Alfonso XIII, con la Reina Doña Victoria Eugenia, presidió el acto que daba inicio a los años de despegue y esplendor de la base. Tablada fue escenario de tres grandes gestas en 1929, 1931 y 1933. Al mando de un Breguet XIX GR, el «Jesús del Gran Poder», los capitanes Jiménez e Iglesia lograron cubrir una distancia de 6.746 kilómetros entre Sevilla y Bahía (Brasil). Vuelo popularísimo en un aeroplano que iba decorado con los dibujos de Martínez de León. Dos años después, el capitán Rodríguez y el teniente Haya lograron mantenerse en el aire 27 horas y 11 minutos en una trayecto entre Sevilla y Bata, en la entonces española Guinea Ecuatorial. En 1933, el avión «Cuatro Vientos», otra estrella popularísima, recorrió la mayor distancia hasta la fecha conseguida para cruzar el Atlántico en línea recta hasta Cuba. Y todo lo dicho, desde Tablada, donde en la guerra civil se montó el primer puente aéreo para traer a la península tropas del Protectorado de Marruecos.

Pero hay algo que no he visto comentado, y que apasiona sentimentalmente. ¿Cuántos sevillanos sirvieron a la Patria como voluntarios de Aviación en Tablada? Como firmando el voluntariado se podía sentar plaza y no entrar en el sorteo de destino de las quintas, muchos eligieron Tablada, desde donde, con un poco de benevolencia de capitanes en el pase de pernocta, podían dormir en su casa. Hay una Asociación de Amigos de Tablada donde rememoran sus nostalgias muchos de estos sevillanos que le pusieron Tablada al nombre de la Patria. Por no olvidar a alguien popularísimo en Sevilla, el general Rodríguez de Lecea, jefe de la que entonces era cabecera de la Región Aérea del Estrecho y tenía su capitanía en el Palacio de los Domonte, frente a San Vicente. Lecea fue un mecenas del ate sevillano. El pintor Romero Resendi, soldado de Aviación, fue su gran protegido. Como lo fueron escultores, imagineros, toreros, cantaores. Toda suerte de artistas. Tan unida estaba Sevilla a Tablada que en la plaza de toros celebraba todos los años el Festival de Aviación, quizá el más importante de la temporada. La Sevilla del 92 nos trajo muchas grandezas, pero también, ay, el declive de Tablada. El trazado de la SE-30 dejó a Tablada sin pistas y la base quedó sin actividad. Luego vino la desaparición de la Segunda Región Aérea, de la que era cabecera. Permaneció la eficacia de la Maestranza Aérea y es sede de la Dirección de Enseñanza del Ejército del Aire. Ojalá de este centenario sirva para volver a unir a Sevilla con su Ejército del Aire. Digámoslo con los versos de Pemán en el himno que tanto hará evocar a los sevillanos antiguos voluntarios de Tablada, que tantas veces los cantaron: "Volad, alas gloriosas de España,/estrellas de un cielo radiante de sol,/ escribid sobre el viento la hazaña,/ la gloria infinita de ser español".

 

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