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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  18 de abril de 2020
                               
 

Farolillos negros

Cuando antes que nadie la cuadrilla de costaleros de la Hermandad de los Estudiantes se jamó la triste y terrible tostá de la que se nos venía encima, suspendió inmediatamente los ensayos. No así hicieron con el montaje de los palcos y los preparativos para la Semana Santa, que continuaron como si tal cosa. Y cuando se vio que al maldito bicho lo teníamos ya encima y para decidir qué hacíamos con la Semana Santa, se reunieron el arzobispo, el presidente del Consejo de Cofradías y el alcalde. De los tres, el alcalde era el más partidario de celebrar la Semana Santa como si tal cosa, y de que las cofradías salieran como si nada pasara ni estuvieran ya tomadas, aunque tarde y mal, parte de las medidas nacionales contra el Covid-19. ¿Qué le pasaba al alcalde con ese emperramiento en que hubiera Semana Santa? Podían ser varias cosas: que tuviera la mejor información y más tranquilizadora; que fuera más capilita que nadie y no estuviera dispuesto a quedarse ni un solo año sin cofradías; o que le hubiera metido el lápiz y echado las cuentas de lo que una supresión podía costarle a la economái sevillana, basada fundamentalmente en el monocultivo del turismo. Menos mal que al final se impuso el buen criterio, y la postura del alcalde quedó superada por el buen juicio del arzobispo y del presidente del Consejo, que tenía el hombre ya hasta cobradas las sillas y veremos a ver si devuelven el dinero, Joaquín Moeckel.

Ahora la historia vuelve a repetirse con la Feria. De la misma tacada de la suspensión de las estaciones de penitencia a la que tanto se resistía el alcalde, la Feria quedó inmediatamente suprimida en sus fechas previstas, del 25 de abril al sábado 2 de mayo. Y quedó aplazada hasta septiembre. Cuando creíamos que en septiembre ya iban a haber terminado todas las consecuencias sanitarias del bicho y nos habríamos recuperado bastante de las económicas y sociales. Pero no ha sido así. Y ocurren dos cosas: que septiembre cada vez está más cerca, y que no hay que ser muy mal pensados ni muy gafes para suponer que hasta cerca de septiembre vamos a estar en arresto domiciliario sin fianza, digo, en confinamiento, y con los negocios cerrados, y con la mayor ruina econónica encima, y con más parados que haya podido haber nunca. ¿Quién tiene ganas de Feria así?

Bueno, pues a pesar de todo, el alcalde sigue erre que erre con celebrar la Feria, aunque sea en un formato reducido, en septiembre. Hasta se habla de fechas. ¿Pero sabemos acaso con certeza dónde habrá podido llegar todo esto horroroso del bicho en septiembre? ¿Sabemoe acaso cuántos miles de muertos puede haber hasta septiembre y cuántos millones de parados? ¿Por qué entonces este empecinamiento en celebrar la Feria en septiembre? ¿No había antes una Feria de Muestras? Pues el alcalde se empeña en celebrar al menos una Muestra de Feria. Cuando ni habrá ganas de Feria, ni ambiente de Feria, ni situación económica de Feria, ni turismo para la Feria, ni nada de nada. ¿Por cuántos muertos podemos ir en septiembre, si ya rondamos los 20.000, si es que no los hemos superado cuando estas lineas vean la luz? Con tanto dolor, tanta muerte, tanta enfermedad, tanto hospital, tanto paro, tanta ruina, tanto cierre de negocios, ¿que ganas de Feria va a haber? Ni en septiembre ni nunca. Será que hoy me he levantado de la cama por el lado del pesimismo, pero yo creo que hasta esas compañías aéreas que preparan sus planes para septiembre se han ido de ligeras. Veremos a ver qué pasa de aquí a septiembre.

¿Y saben lo que les digo? Que el alcalde debería olvidar ya el asunto de la Feria, darle el carpetazo, no celebrarla en 2020 y listo. Entre otras cosas, como señal de luto. Por los muertos y por nosotros mismos. Ah, y hablando de luto: un "cum laude" tamaño XL al rector don Miguel Ángel Castro, por el gran crespón negro que la Universidad ha colocado a la entrada de la antigua Fábrica de Tabacos, en homenaje y memoria a los muertos por el Covid-19. Eso es lo único que pega ahora. Debemos copiar al rector y poner todas las banderas de Sevilla a media asta y con crespón negro, y declarar luto oficial hasta nueva orden. Y no andar hablando de cuándo va a ser la Feria. No hay absolutamente nada que celebrar. Ni aunque sea con farolillos negros.

 

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