Lo comenté el otro día, pero merece un análisis en mayor profundidad con el arma de destrucción masiva que es el humor. Una de las cosas que más me ha llamado la atención en la compleja "nueva normalidad" con la que la Universidad Hispalense inicia el Curso del Covid es que antes de impartir cada clase, el profesor ha de convertirse en estampillada señora de la limpieza. Y limpiar él mismo la mesa de la cátedra desde donde ha de hablar. Que yo haya oído o leído, ningún profesor ha protestado. Hasta tal punto estamos todos entregaditos al "protocolo" en la lucha contra el virus. Pero yo no me imagino a catedráticos clásicos y antiguos de la Hispalense, los que ahora tienen sus nombres en azulejos dando honrosos y justos nombres a las calles, a los profesores de Historia y maestros de historiadores como don Juan de Mata Carriazo o don Francisco Morales Padrón bayeta en mano; o a eminencias del Derecho como don Manuel Olivencia o don Manuel Clavero, cogiendo ellos mismos la bayeta y el producto limpiador antivirus y limpiando la mesa antes de ponerse a dictar la lección del día en la antigua Fábrica de Tabacos.
Pero ahora, por lo visto, todo el profesorado de la Hispalense encuentra normal que los hayan convertido en eventuales señoras de limpieza de sí mismos, según las normas antiCovid que se han puesto en marcha para asegurar que no haya de cerrarse ninguna Facultad como precaución, cual ha ocurrido ya en Valencia. Debe de ser interesantísimo ver a una eminencia en su especialidad dale que te pego al bote espolvorizador del líquido hidroalcohólico higienizante y a la bayeta, y dejando la mesa de su cátedra como los chorros del oro.
Me han escrito Rascarrabias y Narilargo, los duendes por oposición con plaza ganada en la Torre Blanca de la muralla de la Macarena, y me han contado lo que oyeron cuando la otra mañana, sin enterarse muy bien del complicado calendario escolar de clases presenciales o telemáticas, se metieron en la Facultad de Derecho de la Pirotecnia, vulgo Viapol, para darle a la oreja y saber qué le parecía esto a los alumnos. Por no salir de la moda, a través las nuevas tecnologías me mandan por WhatsApp una grabación de lo que oyeron a dos alumnos "presenciales":
-- ¿Qué te ha parecido el nuevo profesor de Derecho Internacional Público?
-- La clase, un coñazo. Pero ¡hay que ver la maña tan buenaa que se ha dado para limpiar la mesa, parece que no hubiera hecho otra cosa en su vida que pasar la bayeta!
-- Pues a mí, en cuestión de bayeta, me ha parecido mejor el de Derecho Constitucional. Es más técnico, lo deja todo más limpio y en menos tiempo. ¿Has visto que en un momento se ha limpiado la mesa de cabo a rabo con el mayor ahorro de movimientos?
-- Hombre, ten en cuenta que es un especialista. ¿No has leido su curriculum?
-- No.
-- Pues allí pone que hizo un Maestre en Productos de Limpieza de la Fundación Persán, donde aprendió las últimas técnicas para dejarlo todo como los chorros del oro.
-- Pues ahora que lo estás diciendo, sin máster y sin nada, el de Derecho Civil tampoco le va a zaga.
-- Regular. A mí pasando la bayeta que parece más artista el de Penal. Ten en cuanta que es muy currista, y ya oíste las enseñanzas del Faraón de Camas que repetió mientras limpiaba la mesa: "Pasar la bayeta es como acariciar".
--¿Y dónde me dejas al de Derecho Constitucional, que como vive solo es un experto en limpiar con el Cillit Bang y en quitar la grasa con el KH-7?
Maravilloso. ABC debería sacar en sus páginas gráficas de "Enfoque" a los profesores limpiando su mesa, para ejemplo de la colaboración en la lucha contra el virus. ¿Y no dan la Escoba de Oro a la ciudad mas limpia de España? Pues conceder del mismo modo la Bayeta de Oro al profesor de la Hispalense que mejor limpie su mesa antes de dar la clase.
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