ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  18 de octubre  de 2020
                               
 

Lo obvio

Malos tiempos corren cuando la proclamación de lo obvio se convierte en un hecho insólito o incluso heroico, y voy a citar unos cuantos ejemplos para que consideren que nos tocado vivir como un Apocalipsis sin jinetes.

He de felicitar a la Fundación Princesa de Asturias y especialmente a su presidente, el doctor don Luis Fernández-Vega, por cómo en este tiempo en que tantas actividades se suspenden o aplazan "sine die" por los estragos de la pandemia, ha mantenido la ceremonia de entrega de sus premios anuales, símbolo de tantas cosas de España y de su universalidad, y volviendo además a su cuna de origen en el delicioso Hotel Reconquista, con todo el encanto de lo provinciano de Vetusta. De ese acto de entrega de los premios Princesa de Asturias me preocupa lo que he subrayado al principio, cómo la proclamación de lo obvio se convierte cuanto menos en noticia, cuando no en heroicidad. Lo digo por las palabras de Su Majestad el Rey, que son las que pensamos todos los españoles y los partidos políticos parece no querer escuchar, cuando exigió a las instituciones que se pongan «al servicio de los ciudadanos» y reclamó "un gran esfuerzo nacional de entendimiento y concordia en estos momentos de gran incertidumbre y preocupación". Se escuchaban las palabras de Don Felipe VI sobre un fondo de enfrentamiento del Gobierno de la nación con la Comunidad de Madrid, olvidando que el objetivo único debería ser la preocupación por la salud de los madrileños y no la crispación entre ámbitos de la Administración del Estado. Comunidad de Madrid que por cierto tiene unas cifras de contagios inferiores a las de Navarra. Pero en Navarra, para que no le falle el apoyo de investidura de Bildu, el Gobierno central no se atreve a usurpar las funciones de la autonomía. Como tampoco en Cataluña, con cifras desbordadas.

Y fueron también, ay, proclamación de lo obvio las palabras de la Princesa de Asturias en la entrega de los ya universales premios asturianos que llevan su nombre, haciendo un llamamiento a la responsabilidad de los jóvenes para que eviten contagiar el virus a los mayores. La que calificaron como la generación más preparada es la que organiza las bombas víricas de las fiestas en los colegios mayores, la que convoca por toda España las botellonas, sin mascarillas, sin "distancia social", o la que aumenta todos los peligros de contagio en las reuniones sin tasa organizadas en pisos de estudiantes o en discotecas.

Y mientras, el Gobierno y el ministro Illa no quieren escuchar, en plena crispación del enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso, las peticiones que la presidenta de la Comunidad de Madrid hace, sin que nadie la escuche y ni lo ponga en práctica: que el aeropuerto de Barajas sea un coladero sin el menor control, ni de temperatura siquiera, ni de PCR, ni de imposición de cuarentenas, a los que llegan desde todo el mundo contagiado por la pandemia. Díaz Ayuso pide una obviedad: que en Barajas haya, al menos, los mismos controles contra el virus que en el resto de aeropuerto europeos.

Pero de todo, ay, tienen la culpa los bares y los restaurantes. ¿Qué hubiera pasado si desde Madrid hubieran ordenado el cierre inmediato de los bares y restaurantes de Barcelona? Dicen los representantes de la hostelería algo obvio: que mientras sus establecimientos cumplen todos los protocolos, los metros y autobuses van atestados. Ahora, que nada como la obviedad que ha tenido que recordar Bruselas a Sánchez sobre el cambio de la ley para dominar a su antojo el Consejo del Poder Judicial. Entre otras cosas, porque no se puede cambiar el reglamento en mitad del partido, como está harto de hacer el Gobierno para su conveniencia de copar y manejar todos los poderes del Estado, y a Montesquieu que le vayan dando por debajo del babi.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio