ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  9 de febrero  de 2021
                               
 

Pido como en Navidad

Aunque se sabía que la Navidad, en cuanto a celebraciones callejeras y ciudadanas, no iba a ser lo de siempre, por más que muchos quisieran "salvarla" comercialmente (aunque luego pasara lo que ha pasado de contagios), desde muchísimo antes de diciembre, desde octubre al menos, ya estaban puestas las luces de las Pascuas en muchas calles de Sevilla. Dijeron que para animar al personal y dar ambiente. Aunque se supiera que no iba a haber "mapping" en la Plaza de San Francisco ni cacharritos para los chiquillos en la Encarnación; aunque se tomaran todas las medidas para guardar dentro de lo posible las recomendaciones de distancias sociales y de evitación de aglomeraciones; de bullas, vamos, que es como se dice en sevillano.

Pero ahora no es como cuando la Navidad en lo que se refiere a anticipos adelantados y a creación de ambiente de unas fiestas que se sabe que no se van a celebrar por razones obvias: por los robos que a nuestra primavera le viene haciendo la pandemia, ora por el procedimiento del butrón, ora por el alunizaje, como cuando desvalijan una joyería o una tienda de telefonía. Digo que ahora no es como en la Navidad porque a la fecha que estamos ya tendría que haber en las calles de Sevilla algo que visualmente adelantara la Semana Santa, aunque no se celebre nada de cofradías ni de nazrenos o casi nada con Triduo Pascual. No sé si han caído en la cuenta, pero hoy estamos a 9 de febrero. La semana que viene, que ya está aquí, el día 17, es el Miércoles de Ceniza. ¿Y usted lo ha notado en algo si va por las calles de Sevilla, como lo de las luces madrugadoras de almanaque cuando las Pascuas? No se nota en nada. Ni que casi dentro de un mes, el 18 de marzo, es el Domingo de Ramos. Bueno, tenía que ser el Domingo de Ramos, pero nos vamos a quedar con las ganas.

A mi contraguía en hispalenses materias, don Julio Domínguez Arjona, se le ha ocurrido una idea que suscribo, y que elevaría la moral de la tropa cofradiera, condenada un año más a la tristeza y a la nostalgia. Es algo tan simple como colocar una pancarta, que conocemos de toda la vida y que cada año nos levanta el ánimo cuando la vemos. Es la pancarta que en la Puerta Carmona, entrando desde la Ronda hacia San Esteban, de pared a pared, más o menos desde Vidrio a Mosqueta, anuncia ritualmente una tienda del nazareno con una palabra que es para nosotros un símbolo y un anuncio, como un pregón callejero: "Capirotes". Otros años, los dueños de esa veterana tienda se nos han quejado de que el Ayuntamiento les ha puesto pegas para colocar su pancarta y que a pique de un repique de que se la prohiban han estado alguna que otra vez. Ahora debería ser al revés. Ya que no se pueden colocar los palcos en la Plaza de San Francisco, que sí que sería una nostalgia de un "esto ya está aquí", debería ser el propio Ayuntamiento o alguien, al modo de las muy anticipadas luces navideñas, quien ordenara colocar, para crear ambiente, esa pancarta de los "Capirotes" en la Puerta Carmona. Cuántas nostalgias sentiríamos de que este año "esto ya no está aquí"...

 

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