ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  22 de febrero  de 2021
                               
 

Lunes de Vía Crucis

Menos mal que con estos ritos nuestros no puede la pandemia que nos roba las primaveras. Con el espíritu de las vísperas de la Santa Santa y de la Cuaresma no puede. Ya hemos tenido dos: el Miércoles de Ceniza y el primer Viernes de Cuaresma de pavías y torrijas, el del cartelito de "Hoy es Vigilia" en Ochoa de Sierpes. Y hoy es el tercero de estos ritos: Lunes de Vía Crucis de las Cofradías. La imagen, más que por decisión del Consejo, ha sido este año elegida creo yo por las circunstancias y las restricciones. No era cosa de andar trayendo un Cristo desde la Puerta Osario o la Puerta Real, para que se formara algo tan sevillano siempre y tan peligroso ahora como una bulla.

En Sevilla ocurren las cosas más curiosas del mundo. La razón de ser de las cofradías, según sus reglas, es hacer estación de penitencia a la Catedral. Y hay una cofradía que hace estación de penitencia desde la misma Catedral a la Catedral: la interesantísima hermandad del Cristo de la Corona. Que como está ya en la Catedral, en el que fue llamado "Sagrario Nuevo", en la parroquia del Señor San Clemente, vulgo "El Sagrario", tiene que ir en estación donde mismo estaba. Y dadas las circunstancias especiales de este año, ¿qué mejor imagen para el Vía Crucis de las Cofradías que la que no tiene que andar por las calles para ir a la Catedral, porque ya está en ella? Tengo una duda, que si no fuera tan perezoso resolvería llamando a algún amigo canónigo o al secretario de la hermandad. ¿Por dónde irá hoy de la Catedral el Cristo de la Corona, que permanecerá durante todo el rezo del Vía Crucis en el altar del Jubileo? ¿Saldrá por el Patio de los Naranjos, como cuando impresionantemente regresa en soledad a su templo cada Viernes de Dolores, paraíso cerrado para pocos, o entrará en la Catedral por su más secreta puerta, la de San Fernando, que comunica al Trascoro con la parroquia del Sagrario?

Sea como fuere, el Vía Crucis de hoy es un espaldarazo para esta cofradía de tantísimo sabor añejo y con un admirable número cortísimo de nazarenos. Junto al Cristo de la Salud de San Nicolás, el de la Corona es la única imagen de bulto redondo, no de vestir, de nuestra Semana Santa. Valiosa imagen manierista del siglo XVI, que estaba sin recibir culto hasta que un grupo de jóvenes, animados en 1989 por el inolvidable párroco don José Gutiérrez Mora, da los pasos para convertirse en hermandad de penitencia, haciendo su primera salida con sus serios nazarenos de ruán morado en 2006.

El Cristo de la Corona es una hermandad a la antigua, aunque tan reciente en su refundación, y verla por la calle, con tramos de cuatro o cinco parejas, es desandar el tiempo. Verla en la calle Francos es volver a la Semana Santa de los años 70 u 80. Y ver hoy a nuestro Cristo de la Corona presidir el Vía Crucis de las Cofradías, con su cruz al revés, como la de los primitivos nazarenos del Silencio, es un gozo para los que hemos descubierto este tesoro único de la Vísperas que es el Cristo de la Corona.

 

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