ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  2 de mrrzo  de 2021
                               
 

El cartel de Ikea

Echábamos ya en falta para este año el cartel "Toros en Sevilla" que saca y paga la Real Maestranza de Caballería y que a mí me da el avío, porque le dedico mi tradicional Artículo del Mamarracho sobre su inadecuación, que mosquea a la afición, que tiene muy claro lo que es, lo que ha sido y lo que debe ser un cartel de toros, no una mosca en un yogur, un chuletón de Ávila o un pinchito. ¿Por qué se retrasa este año el cartel de los maestrantes? Con toda su buena voluntad, el empresario don Ramón Valencia ya ha anunciado los suyos; o sea, los de ganaderías y toreros que deben de ir debajo de la mamarrachada de cada anual modernez, que los maestrantes sabe usted que sacan para que no les llamen rancios y puedan así apuntarse a lo progresista, que es lo que se lleva. Pero como a pesar de su buena voluntad, como ha de contar a efectos anticovid con la autorización de la Junta para poder celebrar los festejos sevillanísimos que el señor Valencia ha anunciado y que ojalá se celebren, por el bien de la Fiesta y de Sevilla y por la reactivación social y económica, y porque será señal de que la pandemia "va pá Carmona", como las malas tormentas, pues el Consejo de Cofradías se ha tirado de espontáneo y ha adelantado a la Maestranza en cuanto al mamarracho anual de cartel.

La guasa cofradiera, que está en su plenitud cuaresmal, ya le ha puesto nombre a la obra del Consejo: "El cartel de Ikea". Porque, ¿qué anuncia? ¿Unas cofradías que ya sabemos no han de salir a la calle, a pesar de lo que dice sobre el costal El Tío de la Rebequita, o un mueble? Que Ikea, Ikea, lo que se dice Ikea, no es. Y si lo es, el pintor, de cuyo nombre les hago gracia porque el hombre lo habrá hecho con su mejor intención, ha debido de echar más tiempo en montar la mesita de noche con la llave Allen que en completar su obra de arte, que no niego que lo sea, lo que juzgo es su inoportunidad.

Otra guasa cofradiera sobre el cartel que está dando tela de temas de conversación es la mesilla de noche en sí. Dicen que no es de Ikea, que es de Merkamueble. Que parece la mesilla de noche de una fonda antigua, a la que le falta dentro de la puerta el orinal (con perdón). Claro, el blanco Ikea despista mucho. Tanto como la corona de espinas, la sagrada corona de espinas, que no creo yo que ningún cofrade la tenga encima de su mesilla de noche. En todo caso, podrían verse las medallas de sus hermandades colgadas en la perilla de la cama, que eso sí que es clásico. Y nadie le pone a la Esperanza Macarena una lamparilla encendida sobre un mar chico de aceite en una copa de vino. Como la cerámica donde están los dos claveles en devoción al Gran Poder es demasiado historiada.

-- Pero no me negará usted que al cartel no le falta un perejil.

No, no le faltan, sobre todo, dos perejiles: esas dos maravillosas estampas antiguas del Gran Poder y de la Esperanza Macarena. Esas dos estampas antiguas, que tantos sentimientos encierran, y que por sí solas valen por todo el cartel.

 

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