ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  18 de abril  de 2021
                               
 

El prospecto de las vacunas

Si me admiten el consejo que no me han pedido y han de tomar alguna medicina, les recomiendo que no lean de ninguna de las maneras el prospecto que viene dentro. Por la parte de las cajas por donde, oh casualidad, siempre abrimos el envase, precintados como vienen ahora y sin el precio, más que con el código de barras y el número de su prescripción para la Seguridad Social. Es curioso eso de abrir las cajas de medicinas. No sé cómo nos las aviamos, que siempre lo hacemos por el lado por donde aparece, en vez de directamente los "blisters" con las pastillas, el muy dobladillo papel que los médicos y farmacéuticos antiguos llamaban "la literatura".

Que, ya le digo, no debe leer bajo ningún concepto. Entre otras cosas, porque cada vez vienen en unos papeles más grandes y con unas letras más pequeñas. Y doblados de la manera más difícil. Hay que ser campeón en papiroflexia por lo menos para abrir el prospecto de una medicina y después poder volver a doblarlo y a cerrarlo como venía desde el laboratorio. Tarea imposible. No hay forma de que quepa todo luego en la caja, el papelón grandísimo de las letras pequeñísimas y las decenas de dobleces contra toda lógica, pero ocupando tan poco sitio que luego no hay quien sea capaz de ponerlo igual al meterlo de nuevo en el envase.

Eso, en cuanto al continente. Y en cuanto al contenido, si eres aficionado a leer todo el contenido de esos papeles de la letra chiquitísima antes de tomarte una medicina que te ha prescrito el doctor y acabas de traer de la farmacia, lo más probable es que no te tomes ni una sola pastilla de la caja. ¿Por qué? Por las contraindicaciones y peligros que advierten. Hay apartados de contraindicaciones en esa literatura farmacéutica que son una película de terror. Todo puede producir de todo. Suelen decir esos papeles: "Puede producir náuseas y más frecuentemente vómitos, y no debe tomarse antes de las comidas ni mezclarse con bebidas gaseosas". Otros son mucho más alarmantes: "Si le aparece una erupción en manos y brazos, deje de tomarlo inmediatamente y acuda cuanto antes a su médico". ¡El valor que hay que tener para tomarse una medicina después de leer sus contraindicaciones! "No es recomendable tomarlo si se está en tratamiento anticoagulante o de antiagragantes antiplaquetarios". Cuanto más lees, más te parece que son las pastillas que se tomó la pobre de Marilyn Monroe para quitarse de enmedio. PUNTOAPARTE--

De ahí la mala prensa de la vacuna Astrazeneca. Alguien ha leído el papelito que traen, y mire usted la que han liado con los trombos, que a lo mejor son de vaya usted a saber qué, no de la vacuna. Y de ahí el éxito de la Pfizer y la Moderna, de las que todos somos partidarios. ¿Por qué? Porque nadie ha leído el papel explicativo de sus virtudes y contraindicaciones. Alguna deben de tener, seguro. Pero como vienen sin papel, que parece es un alto secreto de Estado, encantados de la vida todos con ellas. Porque, como toda medicina que se precie, tendrá tantas contraindicaciones que no tengas valor para tomártela.

 

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