ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  27 de abril  de 2021
                               
 

Cohetes rocieros

En esta No Feria tan rarita que hemos tenido, se me ha olvidado comentar que hemos visto por la calle a la primera flamenca si no con la emoción del primer nazareno del Domingo de Ramos, sí con mayor sorpresa. ¿Dónde iban o de dónde venían las flamencas de la No Feria que hemos visto por la calle? Como lo de los toros. En Sevilla tenemos un almanaque loco y un reloj demente. Ya he dicho que Sevilla es la única ciudad del mundo donde, el Viernes Santo, la Madrugada acaba a las 12 de la mañana. Ahora tenemos algo más curioso todavía: a efectos taurinos, que ojalá salga todo como se ha pensado, la Feria de Abril será en Septiembre. Quizá un milagro de San Miguel Arcángel, el de la puerta de la Catedral por donde entran las cofradías. Abril se ha convertido en San Miguel: los mismos carteles, los mismos toros, la misma esperanza de que en Sevilla resucite la Fiesta en una plaza del Arenal que lleva ya dos años sin toros. Ojalá para entonces las condiciones sanitarias hayan mejorado y casi desaparecido la pandemia con las vacunaciones, y no haya la mandanga de ahora en abril entre los políticos, que nadie se ponía de acuerdo con nadie. (Lo malo va a ser que no voy a poder escribir mi habitual artículo de los vencejoso toreros, porque para esa fecha ya se habrán ido todos a las lejanas tierras donde hibernan).

Y viendo la ruina que para los feriantes es la anulación de nuestras fiestas, podría haberse buscado para parte de este itinerante gremio una solución parecida a la de la Calle del Infierno, donde los dueños de los cacharritos han tenido un respiro económico al menos transitorio en su debacle. Me refiero a los fuegos artificiales. Los artificios están a dos velas, según han podido leer. Y nadie, qué pena, se le ocurrió que la No Feria tuviera su colofón en una función de fuegos artificiales al uso del final de la fiesta de abril. No habría producido aglomeraciones, porque se suelen ver desde toda Sevilla, y hubiera bastado con haber perimetrado y cercado el muelle o el lugar donde se suele poner esta "valencianidad" de la pólvora, que tanto nos gusta por cierto a los sevillanos, especialmente en el Aljarafe. Pero para que no hubiera contradicciones, la No Feria ha terminado con los No Fuegos Artificiales.

Pero siempre nos quedan, como París en "Casabanca", los cohetes de la novena del Rocío, especialmente de la hermandad de Triana. Son un clásico de estas fechas, y es lástima que no puedan oírse desde las novilladas de la plaza de los toros, que era lo tradicional. ¡Lo que gusta un cohete en el Rocío! Cada hermandad en camino tiene su boyero, su tamborilero y su cohetero. Y esos cohetes de la novena son como el anuncio en la ciudad de que ya está aquí el Rocío, la gran fiesta de Pentecostés de la Patrona de Almonte. El primer cohete de la novena del Rocío está por estallar en el cielo de Sevilla desde Triana. A falta de primer nazareno, primer cohete, como el primer azahar sonoro de esta primavera honda donde ya están las jacarandas florecidas.

 

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