Pues se nos va como arzobispo, aunque se queda a vivir en Sevilla nuestro querido don Juan José Asenjo, actualmente "administrador apostólico" hasta la toma de posesión de su sucesor, monseñor José Ángel Saiz. Y entre las últimas decisiones que ha tomado monseñor Asenjo hay algunas llenas de sentido común y de adecuación a las circunstancias. No participa, gracias a Dios, en esta como locura colectiva que han entrado en España al terminar el Estado de Alarma, que dice Sánchez que es algo del pasado, que el futuro es vacunar, vacunar y vacunar. ¿Y el presente? Pues que la gente ha cogido el rábano por las hojas, y se creen muchos que las epidemias pueden cesar por orden del Gobierno. Y ya han visto el preocupante espectáculo de las turbas que creen que la diversión es un derecho, tomando las ciudades como una gran fiesta callejera, sin la menor precaución, que ya verán cómo sufren las cifras de contagios en este triunfalismo colectivo absurdo y sin razón que ha entrado de pronto, en el que han puesto a los jueces como guardias de la porra para que digan lo que se puede hacer y lo que no.
Frente a esta irresponsable manera de entender la realidad, monseñor Asenjo ha puesto cordura ante tanta licura; la misma que ha derrochado en su pontificado que desgraciadamente acaba. La Junta dio el otro día una información bastante confusa, en que decía que se autorizaban, aunque no se recomendaban, las romerías y procesiones. Muchos que vieron a la Virgen del Rocío en la parroquia de la Asunción de Almonte, donde está confinada, pero puesta en su paso de la procesión, creyeron que en vista de que ya no había Estado de Alarma, habría Rocío este año. Aunque Almonte pertenece a la diócesis de Huelva, monseñor Asenjo ha recordado que siguen prohibidas las romerías y procesiones mientras duren la actuales circunstancias sanitarias.
Muy bien recordado en esta Sevilla que ha visto algunos "brotes verdes" de la actividad económica y turística y se ha vuelto loca, como cuando organizó ese absurdo de la "Feria sin Feria" o cuando en Semana Santa poco menos que una exposición en cada templo, ¡hala, que la gente salga y se mezcle sin precauciones, que y llene las terrazas!
Se acerca el Corpus, y antes de que el Ayuntamiento caiga en la tentación de poner las velas en la Plaza y organice conciertos de la Banda Municipal y concursos de escaparates y fachadas, monseñor Asenjo ha puesto las cosas en su prudente punto. El jueves 3 de junio, festividad del Corpus, de momento no habrá procesión callejera, naturalmente. Los cultos en honor de Su Divina Majestad serán dentro de la Catedral y con "numerus clausus" en la procesión con el Santísimo por ultimas naves. Y al contrario que el año pasado, habrá octava, sí, pero sin baile de los seises, en la política de restricciones de público con que, por ejemplo, han vuelto las visitas turísticas a la Catedral, pero por grupos. Todo muy sensato, que tranquiliza ante tanta locura de muchos que se creen que la pandemia es cosa del pasado y que hay obligación de divertirse cueste lo que cueste.
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