No, no es una errata en el título, no es el Paso del Estrecho prohibido por Marruecos para sus emigrantes que vuelven de vacaciones a su tierra desde Europa, sino el peso que esos quince kilómetros mal contados que nos separan de África tienen en nuestra economía. Hasta ahora muchos tomaban a broma esta operación anual del Paso del Estrecho. España entera se llenaba de señales de tráfico escritas en árabe, que señalaban el camino a Marruecos. En la mismísima Plaza de la Cibeles había un letrero enorme en árabe, señalando el camino hacia Algeciras. Y algún maurófobo guasón (que los hay de las dos clases, con guasa y sin guasa), al ver ese letrero comentaba:
-- Lo quieren es quitarse a los moros de encima cuanto antes y que se vayan para Algeciras dando las menores molestias posibles.
He dicho "moro" y sé que es políticamente incorrecto. No sé cómo habría de llamarse ahora el gran artista Emilio el Moro. Y milagro es que César y Jorge no hayan tenido que quitarse, por políticamente incorrecto, su exitoso nombre artístico de Los Morancos. Cuando todavía no había este miedo a llamar moros a los moros, Beni de Cádiz hacía una distinción:
-- Árabes son los que están con sus yates con los grifos de oro en el muelle de Benabola de Puerto Banús en Marbella y moros son los que, dos noches sin dormir, pasan por allí camino de Algeciras para ir de vacaciones a su tierra en un Peugeot de segunda mano muy viejo con matrícula belga, llevando dentro a la mujer, a los niños, a un cuñado y a la suegra, que es una mora gorda con chilaba y pañuelo. Ah, y con la baca del coche cargada hasta la corcha, siempre con una bicicleta y una escalera. Yo creo que es que llevan la bicicleta para enseñársela a sus vecinos y familiares, para que vean lo bien que les va en la emigración. Lo que no me explico es lo de la escalera. A lo mejor es que en Marruecos no hay escaleras plegables y las llevan de regalo.
Total, que era una chanza la Operación Paso del Estrecho, en la que España, por cierto, se gastaba un dinero en ordenarla y asegurarla. Dicen que en 2019, la última que hubo, España se gastó 11 millones de euros (que me parecen demasiados) en la organización, como esa zona de pre-embarque abandonada que hay llegando a Tarifa, frente a la playa de Los Lances. Pero gracias a nuestra torpe política con Marruecos y a la decisión del Gobierno de Rabat de prohibir el paso del Estrecho a sus emigrantes aduciendo razones sanitarias, no sabíamos hasta este año que se ha dado a conocer el peso económico positivo que suponía para España esa operación desde Algeciras y Tarifa. Los más de tres millones de marroquíes (con sus correspondientes suegras gordas con chilaba) que atravesaban España para ir a su tierra eran una fuente de riqueza en gasolineras, áreas de servicio y billetes de barco. Prohibido el paso del Estrecho desde España y enviados a Marsella o Génova, sólo en Algeciras y Tarifa habrá este año unas pérdidas de 11 millones de euros y de 300 puestos de trabajo directos. O sea, tal como está la cosa, lo que nos faltaba en Andalucía, querido Juanma...
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico