ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 4 de septiembre  de 2021
                               
 

Día Mundial del Servicio Técnico

No sé si en la ONU hay un señor muy bien pagado, o una anónima comisión de expertos, que se dedica a fijar fechas del año como días mundiales de esto o de lo otro. Piense en lo más extraño que se le pueda imaginar, que eso tiene su Día Mundial. Seguro que existe el Día Mundial del Tieso, y el Día Mundial de la Ensaladilla Rusa, y el Día Mundial de la Salamanquesa de las pantallas de los cines de verano, especie más que protegida por la memoria sentimental, naturalmente. Estoy convencido de que en una de las pasadas fechas de este mes de regresos de septiembre se ha tenido que celebrar el Día Mundial del Servicio Técnico. Que levante la mano quien no haya tenido que celebrar el Día del Servicio Técnico. ¿Quién a la vuelta no se ha encontrado con algo que no funcionaba en la casa y se había roto en nuestra ausencia? Imaginen la escena. Esa ama de casa que acaba de colocar en su sitio todo lo que trajo del apartamento de la playa o del hotel del Algarve y que se dispone a poner la lavadora con toda la ropa sucia que trae. Llena la lavadora hasta la corcha de donde pone "centrifugado", le echa su jabón y su suavizante, coloca el mando del programa en su sitio y le da a la tecla del "on" para que se ponga en marcha. Y se enciuentra con que aquello no funciona. Va al diferencial de entrada de energía en la casa, para ver si tiene alguna tecla abajo por una subida de tensión durante la ausencia, ¡pero qué va! El diferencial está perfectamente, y en el lavadero de la terraza y en toda esa parte de la casa hay luz perfectamente. Pero la lavadora dice que va a andar su padre, que no le da la gana de arrancar.

Viene entonces la celebración del Día Mundial del Servicio Técnico, a la voz, dirigida al marido, de: "Mira en Internet el número del servicio técnico de la lavadora". Y vienen siete mil direcciones, muchas de ellas en Madrid o en Valencia. Hasta que da con una de Sevilla. Marcan el teléfono para decir que vengan a arreglar la lavadora y les sale, cómo no, la máquina parlante de los numeritos: "Si quiere encargar una reparación, pulse 1; si quiere reclamar un aviso ya dado, pulse 2; si quiere mandarnos a tomar por saco, marque 3; si no, espere a que le atienda uno de nuestros agentes". Marcan el 1, pero si quieres arroz. Sale la frase más escuchada en los 40 Principales del teléfono: "Espere, que todos nuestros operadores están ocupados o póngase en contacto con nosotros por Internet". Al cabo de casi una hora de espera con la musiquita, por fin consiguen que tomen nota para que vayan a arreglarle la lavadora...¡el día 10!

Quien no encontró rota la lavadora es porque no le funcionaban el lavavajillas, o el televisor de la salita, o la nevera. Algo está roto en la casa siempre cuando volvemos de las vacaciones. Por eso yo propongo el Día Mundial del Servicio Técnico en estas fechas. Lo malo no es lo que ha subido la luz. Lo peor es que, con tanto electrodoméstico roto a la vuelta del veraneo, no podremos recibir la estocada hasta la bola de la factura de Endesa con el récord diario del precio del kilowatio-hora.

 

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