ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 20 de septiembre  de 2021
                               
 

Alcázar: ¡Todos al sueldo!

En la que don Santiago Montoto llamó "la Acrópolis de Sevilla" hay dos minas de oro que ni las antiguas de Rodalquilar: la Catedral y el Alcázar. Pasados los estados de alarma, los confinamientos, las restricciones y bajada la cifra de contagios por cada 100.000 habitantes, vuelven a estar abiertas esas dos fábricas de dinero que tienen, que ni la Casa de la Moneda en sus mejores tiempos: sus taquillas para el turismo. Para el Arzobispado, la Catedral es una fuente de financiación de las necesidades de la Iglesia. No, no se lo quedan los canónigos que tan mala prensa tienen en Sevilla. El dinero que produce el turismo en la Catedral se destina a la restauración y mantenimiento de templos, a ayudas a conventos de clausura, a la inmensa obra social de Caritas, que ahí sí que hay solidaridad y ayuda a la población en el umbral de la pobreza. Al Arzobispado le cuadran las cuentas porque tira de los benéficos de la Catedral para estos fines, en esta tierra donde los fieles no suelen dar ni un euro para su iglesia, a diferencia de lo que ocurre en otros países.

Y del Ayuntamiento, ni te cuento. No tienen más que ver las colas en las taquillas del Alcázar, el problema de dónde situarlas para que quepan más turistas esperando apoquinar, si es que no han sacado la entrada por Internet, como ahora se lleva. Menos tomar café, ya todo se hace por Internet. Es decir, que igual que para el Arzobispado la Catedral, para el Ayuntamiento es una importante fuente de financiación el Alcázar. El problema político es si ese dinero debe emplearse en el mantenimiento y conservación del palacio real más antiguo de Occidente o si, por el contrario, como viene ocurriendo, le sirve al Ayuntamiento para lo que coloquialmente se dice en Sevilla "tapar desconchones" económicos. Hasta ahora, el Patronato del Alcázar, formado por personalidades de la vida cultural y social de la ciudad, al modo del que tiene el Museo del Prado, era de la tesis de que euro que produjera el Alcázar era euro que debía destinarse al propio monumento. A lo que el Ayuntamiento, claro, no le hacía caso con esa fuente de dinero. ¿Qué hacer en esta situación? Muy sencillo: se disuelve este Patronato de Fuerzas Vivas y se nombra a otro compuesto proporcionalmente por políticos de los grupos municipales. Y al Patronato de tanto ilustre se le deja en Consejo Consultivo para no echarle cuenta como hasta ahora y listo. El antiguo no cobraba. El nuevo, claro que cobrará.

Lo que va a pasar en el Alcázar con el nuevo ordenamiento que hace el Ayuntamiento es como cuando Tejero asaltó el Congreso con su "¡Todo el mundo al suelo!". Sólo que ahora el grito municipal en el Alcázar es: "¡Todo el mundo al sueldo!". El Patronato, hasta ahora honorífico, cobrará. Y el alcaide, puesto honorario "gratis et amore", que inauguró con Alfonso XIII el marqués de Vega Inclán y honró Manuel del Valle en sus últimos días, también cobrará. Y por si fuera poco, pondrán un gerente del negocio. Sí, el Alcázar ha pasado de ser el palacio real más antiguo de Occidente al negocio más rentable para el Ayuntamiento. Y no quiere testigos sin sueldo para hacer mangas y capirotes con su taquilla. ¡Todos al sueldo!

 

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