ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  14 de octubre  de 2021
                               
 

Los Tres Barrios

Igual que a Dickens le sirvieron Londres y París para hacer la "Historia de dos ciudades", a nosotros quizá ahora podría servirnos para conocer más a Sevilla la "Historia de Tres Barrios" que visitará el Señor del Gran Poder en misión evangelizadora desde este sábado día 16 al 6 de noviembre, en que volverá en su paso a San Lorenzo, tras haber llevado su consuelo y potestad a la Sevilla más humilde y necesitada. No sé si lo han observado, pero de un tiempo a esta parte han dejado de citarse los nombres de estos Tres Barrios como algo infamante, al pasar por los más pobres de Sevilla y quizá de España, los más necesitados, abandonados, vulnerables, como se estila decir ahora. Da horror ver sus cifras de paro o de ingresos económicos mensuales en familias con todas las necesidades. Para no ser menos, y para que no se me enfade ningún vecino, habrá de hacer como la propia hermandad del Señor: hablar de parroquias y no citar siquiera el nombre de estos tres tristes barrios. Que se han vuelto innombrables por esa fama de pobreza, de marginalidad, y, ¿por qué no decirlo?, de tercermundismo en la ciudad alegre y confiada que con alegría ve cómo se van remontando sus problemas económicos y va recobrando la vida anterior a la gran pandemia que comenzó en marzo de 2020, cuando hubo de aplazarse esta misión evangelizadora del Señor, en el aniversario de su jechura (¡qué palabra más nuestra!) por Juan de Mesa, "el hombre que esculpió a Dios" en frase acertadísima de nuestro inolvidable Fernando Carrasco.

Lo que más me inquieta de estos Tres Barrios cuyos nombres ya no se citan, sino el de las parroquias donde estará el Gran Poder, es que en su día fueron modelo de urbanismo, de arquitectura, de viviendas ideales. No, no era la Sevilla a la que en los años 20 y 30 del siglo XX se llamaba "de las casas baratas". Eran bloques de pisos donde el Régimen de Franco tiró la casa por la ventana para acoger a la población damnificada por la gran riada del Tamarguillo de 1961. Gregorio Cabeza, padre de nuestro recientemente homenajeado aparejador José María Cabeza, se encargó de adjudicar los cientos de pisos oficiales de estos Tres Barrios, construidos ora por la Obra Sindical del Hogar, el Ministerio de la Vivienda o el Ayuntamiento. Fueron en su momento un modelo de nuevo asentamiento urbano de una población damnificada por una catástrofe. Estaban habitados por la vieja Sevilla que había padecido todas las miserias de los corrales que arruinaron y hundieron las desbordadas aguas del Tamarguillo y del Guadalquivir. A los Tres Barrios se fue a vivir una Sevilla trabajadora y modesta pero dignísima y limpia, que los puso de dulce. La Sevilla de los corrales pasó a vivir con dignidad en los Tres Barrios. Pero no sé por qué, y algún urbanista o sociólogo tendría que estudiarlo, esos Tres Barrios, modélicos en su día, se han degradado de esta manera con el paso de los años. Va el Gran Poder a los Tres Barrios que nunca debieron llegar a esta degradación de los más pobres de España, a pesar de 40 años de gobernación socialista en Andalucía.

 

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