ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  11 de enero  de 2022
                               
 

Fuera de carta

La hemos definido aquí como La Fiel Hostelería. Ha mantenido los puestos de trabajo y la actividad económica en lo más duro de la crisis, y sigue aguantando y resistiendo a la ómicron y a todas las letras del alfabeto griego que desgraciadamente vayan viniendo para bautizar olas de virus. Pero el hecho que defendamos a la hostelería sin restricciones como motor de la economía no quita para que hagamos unas recomendaciones a sus clientes, que también tienen la cosa bastante negra en lo que a la economía y la subida de los precios se refiere. Este año esto no es la Cuesta de Enero, sino el Gran Premio de la Montaña, el Tourmalet.

Los camareros, claro, lo que quieren es hacer caja, que falta les hace en el restaurante después de tantas fatiguitas negras, como dicen los flamencos. Pero deberían tener más vista y consideración con nuestras carteras, sobre todo cuando ven que hemos llevado invitados a estos señores y a los que el metre les dice:

-- Tenemos unas cigalas de tronco que nos acaban de entrar magníficas, y unas gambas blancas de Huelva muy buenas. Ah, y percebes, pero gallegos, no del moro.

Y a ti te suben y te bajan los colores mientras el metre está metiendo por los ojos a tus invitados esas maravillas que sabe Dios lo que pueden costarte. ¿Cómo vas a racanear? No tienes más remedio que abrir plaza y pedir unas gambitas, que piensas serán lo más barato, pero tus invitados se envalentonan y hay hasta quien, el muy gañote, pregunta:

-- ¿Y no tienen hoy bogavante para hacerlo con arroz?

Los dueños de los restaurantes deberían dar una teórica a sus metres de que al menos a los clientes habituales no los pongan en estos compromisos cuando vean que llevan invitados. Es como el "fuera de carta". Aunque sean ustedes tan listos que hayan podido ver la carta con el lector del código QR en que ahora tienen que ofrecerla, y allí hayan comprobado los precios, que no están mal, y hablo ahora de comidas familiares, no de compromisos de marisco caro con invitados... Aunque sean tan listos que hayan podido leer la carta con el código QR y ver sus precios, que no son de clavada, desconfíen cuando el metre les diga:

-- Fuera de carta tenemos... -

Ahí, ahí es donde viene la estocada. Porque te dicen lo que tienen fuera de carta, riquísimo todo, apetecible, pero no te hablan para nada de los precios de esos platos que van por libre, fuera de la columna de la derecha, la de los precios, que con tanto cuidado miraste en la carta obtenida por el QR. Es como los vinos. Todo el mundo pregunta si tienen su marca favorita, pero no lo que le va a costar la botellita dichosa. Y ahí, ahí es donde vienen las grandes subidas de las facturas de los restaurantes. Ahí y, claro, en el "fuera de carta". No pidan nada "fuera de carta". Confórmese con el sota, caballo y rey de las cartas escritas, si no quiere que les peguen la estocada de la Feria. Aunque ahora más bien tendrían que decir: "Fuera del QR tenemos..."

 

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