ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 15 de febrero  de 2022
                               
 

El reloj de Casa Calvillo

Pasa con muchas cosas de Sevilla como con sus antiguas puertas. Casi dos siglos ya que desaparecieron, pero siguen dando nombre al lugar que ocuparon. Así ha ocurrido a Casa Calvillo, que cerró hace ya muchos lustros en Las Cuatro Esquinas de San José, aún sigue llamándose así a su esquina, famosa en otro tiempo por sus huevos a la flamenca y por los primores de albañilería y azulejara del maestro Antonio Viola. Don Rafael Valero Fernández de Córdova nos hace llegar la nota que la familia Calvillo ha escrito con motivo de la feliz reposición del reloj de Casa Calvillo, símbolo de Sierpes.

"El reloj --dicen-- fue originariamente instalado por nuestro abuelo y fundador de la saga familiar, Antonio Calvillo Jiménez, en la década de los 40 del pasado siglo. Desde entonces, ha sufrido tres intervenciones por reparación y actualización de mecanismos y soportes. Esta última restauración del reloj es el resultado de un arduo trabajo que ha supuesto la intervención profesional de diversos especialistas, en algunos de los casos sin otra motivación que la profunda admiración y gran cariño que sentían por nuestro difunto padre, el cual, si bien conoció en su niñez la instalación original del reloj, y vivió y dirigió una de las tres restauraciones que en él se han llevado a cabo, incluso la retirada para la última, no ha podido ver en vida la operación que hoy ha tenido lugar. Esta tercera y última reparación se ha visto alargada en el tiempo por las vicisitudes vinculadas a la pandemia. Queremos destacar y reconocer la tarea realizada por todos cuantos han puesto su profesionalidad al servicio de esta empresa de devolver a nuestra calle un elemento tan característico y útil de su idiosincrasia, y vayamos por orden: a David Mora y Joaquín Buzón –amigos de la familia–, por el diseño, realización, montaje y monitorización de uno de los relojes-patrón que se han utilizado en el proceso. A José Miguel Alonso (Italo Construcciones), que tomó a su cargo, desinteresadamente, los trabajos de descolgar el reloj. A los maestros relojeros Alfonso García Almagro y Juan José Gamarro Fernández, de Relojería Ramiro (calle Monardes), por las labores de restauración del forjado, esfera, iluminación, maquinarias y diseño de un nuevo reloj-patrón compilado por ellos mismos. A Tecnika (Trabajos Verticales), por la recolección del reloj en su ubicación habitual. Para terminar, y no por ello en último lugar, a nuestra madre, María Teresa Galisteo (Triana, 1935), que ha mantenido encendida en todos y cada uno de nosotros la llama de la ilusión que ha hecho posible ver culminado este proceso. No podemos dejar de agradecer a todos aquellos que nos han mostrado su interés, cariño y apoyo cada vez que el reloj ha sido retirado con motivo de sus diversas reparaciones, de las que, en este último caso, Ana, la repartidora de ilusiones de la ONCE, ha sido fiel notaria. Con la reposición de este icono del paisaje urbano de la ciudad, Sevilla en general y la calle Sierpes en particular recuperan un elemento tan característico como práctico por el que "el tiempo no pasa". "

 

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