ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 20 de febrero  de 2022
                               
 

Cordones

O me equivoco, o la vez primera que sonaron la idea y las palabras de "cordón sanitario" fue cuando los pactos del Tinell, para aislar al PP de cualquier forma de futuro poder en Cataluña. Se trataba de llevar a la práctica la idea de "al enemigo ni agua". Pero aquello, aún cumpliéndose estrictamente, se olvidó. Hasta que ahora les ha dado a los señores votantes de Vox por sacar un número importante de escaños en las Cortes de Castilla y León, tienen la llave del poder, y sus adversarios han vuelto a imponer la idea, que es lo más antidemocrático que existe. Es, de hecho, excluir de la política no sólo a un partido, sino a una idea, a los seguidores de una ideología. Es crear lazaretos de apostados políticos. ¿Por qué? Porque, dicen, no cumplen con las normas de lo políticamente correcto. Crasa incoherencia.

Ya no se usa lo de "cordón sanitario", porque suena, claro, a pandemia, a restricciones, a mascarillas, a vacunas, a todos los males presentes. Ahora lo de "cordón sanitario" ha sido sustituido por "cordón democrático". Hombre, puestos a sustituir, yo lo sustituía por "el cordón de mi corpiño, mi niño", del maestro gaditano Salvador Guerrero, que cantaba Antoñita Moreno, que es más picarón y más alegre; o a ese "cordón renegrío" en el que apenas se ve la cara de la Virgen del Rocío de la sevillana... Pero vamos a lo que vamos. A las inhorebncias del cordón que tratan de imponer a Vox por el atrevimiento de pegar el estirón en unas elecciones autonómicas, recoger las aspiraciones de muchos votantes hartos de coles y ser llave para la gobernación de una región de España.

Todo viene de la irrevocable superioridad moral de la izquierda y del complejazo lamentable de la derecha. ¿Quiere Vox derribar la Monarquía y traer la República? No. ¿Quiere derogar la Constitución de 1978 y, con ella, el régimen de libertades que nos dimos? No. ¿Quiere poner en la calle a los asesinos presos de la ETA e igualar a los verdugos con las víctimas? No. ¿Quiere acabar con la separación de poderes y que el ejecutivo tenga mancha ancha para gobernar a su antojo, incluso por encima del Parlamento? No. Bueno, pues todo esto es peligrosísimo, y hay que aislarlo, que no contamine de libertades y de democracia el régimen autocrático al que vamos a pasos a agigantados. En cambio, por esa superioridad moral de la izquierda que nadie se atreve a desmontar, no hay que hacer "cordón democrático" alguno a los que quieren acabar con la Monarquía y con la Constitución, con las Fuerzas Armadas, con el imperio de la ley, con el cumplimiento de las sentencias de Supremo y del Constitucional. Ni a Bildu, ni a Ezquerra, ni a Podemos ni a nadie que quiera acabar con lo que entendemos por España. A esos no solamente no se les debe hacer "cordón democrático" alguno, sino aliarse con ellos en el Bloque de Investidura para seguir gobernado. Ay, Dios, ¿por qué nos los dos grandes partidos no usan zapatos mocasines, que no necesitan cordones, y se ponen de acuerdo de verdad en los problemas que interesan y preocupan a los españoles?

 

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