ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  3 de abril  de 2022
                               
 

Se acabó el covid

Aquella historia del carbonero de Triana me recuerda a los personajes que retrató Juan Ramón Jiménez en "El trabajo gustoso". Era un hombre que tenía en el barrio sevillano del otro lado del río un puesto de carbón vegetal y de cisco picón para los braseros. Transcurrían los días de la guerra civil. Y como ya no tenía edad para ser movilizado, continuó con su negocio, con su carbón negro como la España que se enfrentaba en los dos bandos fratricidas. Vio que todos los documentos oficiales y todas las comunicaciones terminaban con la frase: "II Año Triunfal". Y un buen día que no vinieron los carboneros desde la sierra se encontró que no tenía género que vender. Por lo que con tiza puso un letrero en la cerrada puerta de su negocio: "Se acabó el carbón. Segundo Año Triunfal".

Algo así como el carbonero de Triana ha hecho aquí Sánchez de golpe con el coronavirus. En los habituales aparatos de propaganda del Gobierno y en las terminales mediáticas de la difusión de sus mentiras, es como si por orden superior hubieran puesto un letrero como el del carbonero, que dijera: "Se acabó el covid. Tercer año triunfal de Sánchez en el Gobierno".

Lo han decidido como suelen, sin llevarlo a Consejo de Ministros, sin consultar ni con el Congreso, ni con la oposición, ni con los partidos que lo llevaron al poder mediante el Pacto de Investidura. Demasiados problemas hay en España para que, encima, tengamos que seguir preocupándonos del coronavirus. Se decide que no se dan las cifras diarias de contagiados, hospitalizados y muertos, y listo. Se deja de dar el número de contagios por cada 100.000 habitantes, y listo. Se suprimen todas las restricciones y se acaba con las que puedan poner las autonomías con el cuento de la cogobernanza, y listo. Señores: con esta inflación, aquí hay cosas más importantes que el covid para preocuparnos. Aunque los expertos de verdad digan que viene una séptima ola, dirán que la séptima ola es una canción de Manuel Alejandro para Rocío Jurado, "como una ola". Y se decide de pronto, sin encomendarse a Dios ni al diablo, la gripalizaciòn del covid. Se cierran los vacunódromos, aunque la Consejerìa de Salud de Andalucía pida que se le ponga el cuarto jeringazo a la población de riesgo o mayor de 70 años. Se acaba con los PCR y con los test caseros, y se celebran por todo lo alto las Fallas, como si nada pasara, y cuantas fiestas callejeras se convoquen, y ahora la Semana Santa en Sevilla y en España entera, aunque se cubra el paripé de que los costaleros se hagan el test 24 horas antes de sacar la cofradía. ¿Y las aglomeraciones, vulgo bullas? ¿Y los peligros de contagio? No sea usted metepatas. Demasiado tenemos con el IPC en el 9,8 %, con la huelga de transportes, con el alza de precios, con el desabastecimiento, con el precio de la luz y del gas para que encima nos preocupemos todavía del covid, aparte de la guerra de Ucrania. Diga usted que sí. Y, si no, diga como Serrano Suñer cuando la División Azul, que siempre es muy útil: "Rusia es culpable".

 

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