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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 11 de junio  de 2022
                               
 

Feria sin final de Copa

Sí, ya sé, nos dirían que iba a dejar en Sevilla tanto y más cuanto de millones de euros, por la cantidad de gente que se iba a juntar. Que se iban a llenar los hoteles, que las tiendas del centro iban a hacer su agosto y que la hostelería ni te cuento, no habrá quien encuentre una mesa que reservar. Y nos querían plantificar la final de la Copa del Rey en La Cartuja el 29 de abril, sin tener en cuenta que esa fecha es el segundo sábado de Feria. Menos mal que no va a ser así. Por eso aplaudo las gestiones que sobre la marcha ha hecho urgentemente el alcalde Antonio Muñoz para convencer a la polémica Federación Española de Fútbol para que la próxima final de la Copa se juegue en Sevilla, sí, que aquí se sabe que no silban al Rey ni al Himno Nacional, pero fuera de esa fecha, lejos de la Feria. Estaba previsto según el calendario de la que preside el tormentoso Luis Rubiales, al que la RFEF le paga hasta su piso en Madrid y que hace encajes de bolillos con los clubes, que fuera el 29 de abril, sin tener en cuenta que era el segundo sábado de Feria, el día de los fuegos artificiales, cuando más gente de fuera viene a Sevilla, porque nosotros hemos dejado ya de ir el jueves y ese día estamos descansando en la playa.

¿Final de Copa y Feria al mismo tiempo? ¿Estábamos locos? No, es que no saben nada de Sevilla; en el fondo nos desprecian y mandan en nosotros sin consultar. Con esto de la final de Copa ha pasado como cuando fijaron la fecha de inauguración de la Exposición Universal de 1992, alias Expo, que la pusieron un viernes. Pero hubo un sevillano, el recordado hostelero don Antonio Lopera, el que fue director del Alfonso XIII, que tuvo la curiosidad de ver la fecha elegida en la agenda perpetua de la Agenda Deusto. Y se encontró con la sorpresa de que la fecha fijada para inaugurar la Expo era...¡el Viernes Santo! Descubrió el pastel y lo pregonó a los cuatro vientos de la Giralda. Imagínense lo que habría sido: El Cachorro por el puente, La O por la calle Castilla y al lado, todos los fastos de la inauguración de la Expo con aquellos sillones de respaldo altísimo tan ridículos que les pusieron a los Reyes. Menos mal que, como entonces, se ha reparado el error y la final de Copa será una semana después de la Feria, el 6 de mayo.

Estos grandes acontecimientos deportivos que tan bien nos venden y con los que Sevilla traga hasta cuando nadie los quiere, son a veces para la ciudad como las prendas del sastre del Campillo, que cosía gratis y encima ponía el hilo. Sí, dejan dinero, no lo niego. ¿Pero y lo que nos cuestan a los contribuyentes solamente en gastos, dietas y desplazamientos de las Fuerzas de Orden Público? ¿Y la imagen de Sevilla que dan? Está demasiado reciente el triste espectáculo de los hinchas escoceses y alemanes en la final de la UEFA bañándose medio desnudos en las fuentes públicas y armando gresca, como para que, encima, hubiéramos mezclado esta concentración de beodos pre-partido con la Feria. Así que felicito al alcalde por haber librado a Sevilla de esa locura de la final de Copa en plena Feria. En la Feria no queremos Copa, sino jarra de rebujito. El 29 de abril no habrá más final que los fuegos artificiales que cierran la Feria.

 

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