ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  1 de julio  de 2022
                               
 

Tenemos una OTAN aquí

Cuentan que aunque ha dejado no sé cuántos cientos de millones de beneficios, los madrileños han sufrido como nadie las consecuencias del blindaje de la ciudad con motivo de la cumbre de la OTAN, cortada a la circulación en muchos lugares clave por motivos de seguridad, con el espacio aéreo tomado y las fuerzas de Seguridad controlando todo lo controlable. El eje de Recoletos-Castellana ha estado, como saben, cortado a la circulación, ya que en sus inmediaciones estaban los hoteles donde se alojaban las delegaciones participantes. Tantas molestias se han producido, que recomendaron a los madrileños que dejaran el coche en casa y tomaran el transporte público. Y si podían, quedarse ellos también en casa y hacer teletrabajo, como cuando el confinamiento, mejor.

Pero las molestias para los madrileños han tenido fin en el tiempo, y han sido sólo cosa de varios días. No así como nosotros, que parece que tenemos aquí una cumbre permanente de la OTAN, de las molestias de tantísima calle cortada, con Sevilla patas arriba. Y todas durante muchos más días que la cumbre de la OTAN. Miren lo que lleva la calle Torneo. Viendo que por todas partes te encuentras calles cortadas, y que a veces es imposible llegar con el coche o incluso en autobús donde pretendías, te parece que el Air Force One aterrizó en San Pablo y no en Torrejón, y que la cumbre de la OTAN se celebra el Fibes, no en Ifema. ¿Es normal esto de tanta obra como de verano, tan adelantadas en el tiempo como las calores que venimos sufriendo? Antes lo normal era que las obras que causaban mayores molestias se ejecutaran en el verano, en pleno agosto, cuando decae la actividad y media Sevilla está de vacaciones. Pero esta vez no. Muchas de las obras digamos "veraniegas" comenzaron antes de la Feria. Sin ánimo de ser exhaustivos, y porque además que seguro que usted sabe de siete calles más cortadas, aquí, grosso modo, estamos haciendo simultáneamente las eternas obras de la calle Torneo, sufriendo el corte de San Francisco Javier y la repavimentación de La Palmera. Si coges el coche para ir a Nervión, antes de salir casi tienes que coger un plano para estudiar por dónde vas a tener que tirar, ya que tu itinerario habitual está coartado. ¿Y Torneo? ¿Cuándo acabarán las obras de Torneo? ¿Y usted ha visto la cantidad de pocos albañiles que hay en cada obra de esta Sevilla patas arriba?

Lo malo es que estas obras, en la mayoría de las ocasiones, ni las avisan, y te encuentras de pronto sin saber por dónde tirar, como en la "Callejuela sin salía": "ni palante ni patrás". Surgen estas obras de la noche a la mañana. Pasaste ayer tan tranquilamente por una calle y hoy te encuentras con el cartel amarillo de la desviación, con las vallas metálicas que la atajan, con los separadores rojos y blancos que te impiden el paso. Así que ya que las molestias para los conductores estaban aseguradas, la cumbre de la OTAN debería haberse celebrado aquí en Sevilla. Y hubiéramos tenido esos beneficios de millones que dicen, y no ahora, que sólo nos llevamos sofocones al volante y embotellamientos.

 

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