ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  8 de julio  de 2022
                               
 

El quiosco de La Campana

Antes que Romero triunfara en Sevilla con el primer novillo que mató, "Radiador", de Benítez Cubero, y antes que fuera elevado a la categoría de mito de la ciudad la tarde de los seis toros de Urquijo, el único Curro a secas que había en la siempre dual Sevilla era otro. Estaba en la calle Sierpes, esquina a Rafael Padura, con su puesto de prensa. Era "Curro el de los Periódicos", con su guardapolvos azul marino como de tienda de comestibles, entre sus montones de periódicos y de revistas, alardeando siempre de los triunfos de su Betis glorioso. Personaje popularísimo en Sierpes y en Sevilla toda, su puesto era abigarrado y las publicaciones que vendía las extendía por toda la acera. Personaje, la verdad, un tanto esquinado, de los que Eusebio León incluiría en su lista de los malajes ilustres de Sevilla.

El popularísimo quiosco de Curro el de los Periódicos pasó luego desde esa esquina de Sierpes a la propia Campana, donde se convirtió en un símbolo casi de Sevilla, y donde vendía una selección única de prensa extranjera, cuidadísima, y de revistas de las más raras especialidades. Como una valiosa hemeroteca renovada cada día. Murió Curro y el quiosco pasó a sus herederos, que continuaron con los periódicos y las revistas en pleno centro de la ciudad. Cuando llegaba la Semana Santa había una famosa "mudá". Como el puesto estaba en plena entrada a la carrera oficial, lo trasladaban a la calle Laraña y allí estaba hasta que pasaba el Domingo de Resurrección, en que volvía a su privilegiado lugar de siempre, con su letrada mercancía.

Pero no sé por qué circunstancias, el quiosco ha estado cerrado una buena temporada y ahora ha vuelto a abrir. Pero ya no lo lleva Miguel, el quiosquero que lo cuidó durante tantos años. Ni venden prensa. Esto es lo más grande: en el puesto de Curro el de los periódicos ya no venden periódicos. Lo han transformado en un puesto para los turistas más, de los muchos que hay en las zonas monumentales y a la orilla del río. Una tienda de "souvenirs" de Sevilla en una zona privilegiada y única, donde hay desde sombreros baratos fabricados en papel por los chinos a botellines de agua fresca, postales, chucherías o recargas del bonobús, como en tantos otros. Pero nada de aquella hemeroteca mundial que fue el quiosco de Curro durante lustros, donde podías comprar las más importantes cabeceras de la prensa internacional del día.

Para la Prensa este cambio de orientación es una pérdida importante. Cada vez se está haciendo más difícil en Sevilla comprar el periódico. Y nada digo las señoras encontrar el "¡Hola!" con la boda de esta semana. Si todo el mundo respetaba el lugar de honor del puesto de Curro en plena Campana es porque constituía como un homenaje a la Prensa, donde encontrabas los periódicos de toda España. Por eso no me explico que se haya autorizado este cambio de contenido hacia la degradación que padecemos. Y mientras tanto, a la histórica Confitería La Campana, que tenía allí sus veladores antes que Curro su puesto de periódicos, no se los dejan montar. ¿Por qué han dejado el quiosco desnaturalizado que ya no vende periódicos y han prohibido los históricos veladores de La Campana?

 

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