Pongan las agendas al día. Nos vamos de vacaciones con casi todo nuevo: nuevo Consejo de Gobierno en la Junta, nuevo arzobispo, nuevo alcalde, nuevo candidato a alcalde por el PP. Y con un buen lío entre Sanz y Saiz. El arzobispo es Saiz, pero los políticos son Sanz. Que los hay repes en el PP: José Luis Sanz, candidato oficial a ocupar el sillón de Antonio Muñoz en la Plaza Nueva, y Antonio Sanz, hasta ahora viceconsejero de Presidencia de la Junta y nuevo consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social. Traduzco: número dos de la Junta, después de Moreno Bonilla. Quiero dedicarle este artículo a Sanz porque se lo merece y hace tiempo que tenía ganas. No haré igual con todos los nuevos consejeros, porque entonces va a salir la Virgen de los Reyes y vamos a estar aquí dale que te pego con la Innovación y la Sostenibilidad, por no hablar de Jorge Paradela, que pasa de la Cruzcampo, donde sustituyó a Julio Cuesta, y del Sevilla F.C., a la Industria y Energía, tras tener en Amsterdam la responsabilidad europea de Heineken.
Antonio Sanz sustituye el poder de Bendodo en la Junta. En cuanto Feijóo le echó el ojo a Bendodo para llevárselo a Madrid a organizar al PP, Juanma le echó el ojo a Sanz para "hacerle un Bendodo". Lo cual no nos ha extrañado nada a muchos. Antonio Sanz era el único viceconsejero que se sentaba en el Consejo de Gobierno de la Junta, como número dos de Vicepresidencia e Interior. Y para mí que hubiera merecido antes, cuando gobernaba el PP en Madrid, haber llegado a ministro. El jerezano Sanz, que está en la política desde que tenía 15 años, como miembro de Nuevas Generaciones, tuvo un momento absolutamente eficaz y resolutivo en su larga carrera como político, gestor, diputado autonómico o en los cargos orgánicos del PP. Fue cuando con Rajoy en la Moncloa fue nombrado de 2012 a 2018 Delegado del Gobierno en Andalucía. Lo hizo maravillosamente bien, como adelantándose a estos tiempos de acuerdos y consensos que luego ha llevado a cabo en la viceconsejería de la anterior legislatura del Parlamento Andaluz, la del pacto con Ciudadanos. Los problemas a los que Sanz tuvo que hacer frente y que resolver en el Campo de Gibraltar, con los narcos, el contrabando, la inmigración ilegal y las fricciones con el Peñón le hicieron ganar un prestigio que lamentablemente no saltó a la calle, donde se le siguió teniendo sólo como eficaz hombre del aparato del partido. El conocimiento que Antonio Sanz atesora de los problemas del Campo de Gibraltar no creo que lo tenga nadie ni en Andalucía ni en España. Fue su forja del poder. Ahora llegará pronto el día en que no echaremos de menos a Bendodo, ya verán. Lo digo por la gran confianza que tengo en su eficacia de gestión. Que por cierto, podían haberle añadido a su cargo otro cometido y así no hubieran sido 13 consejerías, 13, lagarto, lagarto... Porque mira que arrancar el gobierno absoluto de la XII Legislatura con el dichoso numerito, Juanma... ¿No podían haber sido 12 o 14 las consejerías en vez de 13?
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