ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  4 de octubre  de 2022
                               
 

Silencio para Jesús Quintero

El teletipo de los crisantemos, hermano Jesús Quintero,
querido Loco, me acaba de decir que te nos has ido para siempre a
tu Colina. Hasta para irte, lejos del mundanal ruido, de los
estudios de radio, de los platós de televisión, de los
micrófonos, has tenido ese punto de genialidad que nunca te
abandonó. Eras mucho y eras todo en la radio y donde quiera que
te proponías. Y a mí ahora, quizá influido por tu personalidad,
por tu modo de hacer entrevistas, no me salen palabras: me sale
el silencio. Tu silencio. El que estaba escrito en la partitura
de tu vida. Tu vida de artista, de creador, de hacedor de
historias, de inventor de personajes, de descubridor de los miles
de mundos que teníamos alrededor y de los que no nos habíamos
dado cuenta hasta que los llevaste a tus programas.
 
Son ahora las 12 de la noche y estamos en los estudios de
Radio Nacional. Al otro lado de la vidriera del control, está
Paco Cervantes. Tú traes a un personaje al que han entrevistado
cien veces en otras emisoras. Pero sólo tú sabes, ante tu
micrófono verdad y oro, sacarle lo que nunca dijo antes. ¿Cómo?
Por ese silencio con que has dedicado tras sus últimas palabras,
que le ha hecho volver a añadir frases que quizá no hubiera
querido decir. Inventaste un modo de hacer radio y fueron todos
en tropel tras tus innovaciones. Sabías presentar a tus
personajes en esos tres cuartos de perfil con que nadie antes los
había contemplado, perro verde, ratón colorado. De experiencia en
el medio tenías toda la del mundo y un poco más, desde aquel
"Círculo Internacional" con que comenzaste a ser escuchado en
toda España.
                    Irrepetible. Sí, eras irrepetible en tu genialidad. Hemos
pasado junto las mejores risas, las mejoras horas, en Sevilla, en
Marbella, en Madrid, en Barcelona. Con los tuyos, los que
cobraron nueva e imperecedera vida cuando los descubriste. Sin
ti, Jesús, nos hubiéramos perdido gran parte de las enseñanzas de
nuestro maestro Beni de Cádiz. O no le hubiéramos visto el lado
ridículo a esos otros personajes presuntuosos y falsos a los que
desnudabas en la cruz de la verdad cuando le contestabas con uno
de tus largos, profundos, sabios silencios.
                             Y si investiste un modo de hacer radio, no menos creaste un
estilo en televisión. Cuánta sabiduría popular de San Juan del
Puerto se escondía bajo una pátina de internacionalismo. Fuiste
muy de pueblo para poder ser muy del mundo. Cuando decías una de
tus muchas genialidades te salía el habla sanjuanera, tan llana,
que disimulabas acto seguido con muchas eses y nombres de
cantantes extranjeros que sólo tú conocías.
                                Radio América, Montpensier, el Teatro Quintero... No
parabas, creador hasta el último momento. Haz lo que debas aunque
debas lo que hagas. Siempre con tu bufanda, tu largo abrigo, tus
carpetas al brazo, llenas de papeles tan importantes que
olvidabas luego. No le dabas importancia a lo mucho que eras, a
la huella que has dejado entre los que te quisimos, estuvimos
cerca de ti en las horas duras o alegres y aprendimos de tu
grandeza. Por eso, hermano Jesús, querido Loco, no me sale en tu
memoria y homenaje mejor palabra que uno de tus largos, fecundos,
creadores silencios.
 

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