No ha visto una ideología que haya resistido tanto en el tiempo como el fascismo, si entendemos por tal el de Mussolini, derribado con el final de la II Guerra Mundial. Porque hoy en día hay una nueva acepción de "fascismo" y su apócope "facha". Para todo aquel que se tiene por progre, facha es quien que no piensa como él. De un plumazo se resuelve el enfrentamiento de ideologías, la bendita libertad de pensamiento, la libre expresión. "Todo el que no esté de acuerdo conmigo es un facha", "todo pensamiento distinto al mío es fascismo, sobre si viene por el lado liberal y de la derecha", es el supremo sentir de este pensamiento "light" que nos invade y rodea, y que sufrimos sin valorar el peligro que tiene para las libertades.
Si a un fascista de verdad, de los de camisa negra, bigotito y guerra de Abisinia, le hubieran dicho que a los liberales los iban a igualar con él, llamándoles también "fachas", cuanto menos habría sacado la pistola. Pero esa es la realidad de la simpleza de argumentos que padecemos, huérfana de matices, de precisiones. Desde esta perspectiva, los padres de la Constitución de 1812 eran unos fachas, porque estamos hartos de escuchar que también lo son los de la de 1978 y el Régimen que restauró la Monarquía Parlamentaria. Todo lo perteneciente o relativo a la Corona es facha, punto en el que es muy útil recordar para reforzar los vanos argumentos insostenibles las circunstancias personales de Don Juan Carlos, olvidando que fue quien nos trajo estas libertades que si ahora las defiendes eres un facha.
Si usted, por ejemplo, dice que con la de problemas que hay en España, en su economía, en su política, en su sociedad, es absurdo que el más importante y prioritario sea la Memoria Democrática y que hay que sacar del Valle de los Caídos los restos de José Antonio Primo de Rivera o los de Queipo de Llano de la basílica de la Esperanza Macarena en Sevilla, es un facha de mucho cuidado.
Si usted afirma que es absurda esta política de querer acabar con los ricos mediante un sistema fiscal confiscatorio contra ellos, cuando la máxima justicia social sería acabar con los pobres, es un facha de mucho cuidado.
Si usted dice que mal ejemplo da este Gobierno que está obteniendo tan grandes rendimientos fiscales de la inflación, cuando no ha reducido para nada ni el número de ministerios, de direcciones generales, de empresas publicas, de agencias estatales, de asesores, es un facha de mucho cuidado.
Si usted sostiene que este Gobierno tiene sólo fachada y marketing, demagogia de cara a la galería, y que los verdaderos problemas económicos y sociales están por abordar y, sobre todo, por resolver, es un facha de mucho cuidado.
Si usted cree incomprensible que en el Gobierno de coalición los sanchistas vayan por un lado y los podemitas por el suyo, es un facha de mucho cuidado. Y, sobre todo, si está de acuerdo con cuanto acaba de leer, es un pedazo de facha. Como yo lo soy por haberlo escrito. Choque esos cinco.
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