Los que saben del medio aseguran que la ironía no se debe utilizar en la radio, porque los oyentes no captan el doble sentido que una frase puede implicar. Espero que no sea así en periodismo para lo que voy a decir. Que a la vista de que los precios no han subido en lo más mínimo, y menos los de la cesta de la compra; que la inflación brilla por su ausencia y tampoco se nota en ningún otro costo de la vida cotidiana; a la vista de que el crecimiento del PIB ha superado todas las previsiones del Banco Central Europeo, y que la electricidad y gas cada vez están más baratos, así la gasolina y nada digo del gasoil; a la vista de que el poder adquisitivo de los salarios ha aumentado de forma exponencial, sin necesidad de que suba el salario mínimo interprofesional, y que el IPC está en cifras negativas desde hace meses, alejados los malos augurios de la crisis inmobiliaria de 2008 y la pandemia de 2020, para celebrarlo el Parlamento ha decidido subir los sueldos de diputados y senadores en un 3,5%. La decisión se ha adoptado con el apoyo de los representantes del PSOE, mientras que han votado en contra los de PP y Vox, que son unos aguafiestas. Subirse el sueldo es lo menos que pueden hacer los diputados de la mayoría gobernante, sí, señor, a la vista de cómo estamos superando la adversa situación económica.
Y el Gobierno, para no ser menos, y gracias a que ha tenido much mayor responsabilidad en la toma de medidas para apretarse el cinturón y cortar el derroche electoralista del gasto público, también ha decidido subirse los sueldos en 2023. Sánchez y sus ministros se aplicarán una subida salarial del 4%. El Gobierno de coalición ha decidido aplicarse la subida salarial pactada con CC.OO. y UGT en la Mesa de la Función Pública, lo que supone un aumento del 4% respecto de lo que figuraba en los presupuestos. Con ello, el sueldo anual del presidente Sánchez será de 90.010,20 euros anuales, lo que supone una retribución mensual de 7.500 euros, Falcon, Mareta otras mamelas aparte. Es lo menos que se merecen los desvelos del presidente como todo el Gobierno, sobre todo después de los grandes esfuerzos que han realizado en apretarse en cinturón, en la disminuciòn del gasto público, en la supresión de ministerios inútiles, en el cese del reparto de subvenciones a peluz para ganarse el voto de las próximas elecciones generales, como aquello suprimido del bono cultural de 400 euros a los españoles que cumplían los 18 años o los billetes gratuitos para los transportes de cercanías y trenes de media distancia.
Y a su vez está muy bien lo que, junto a la subida de sueldos de diputados y senadores y del Gobierno, han decidido estos señores que tanto ahorran, cual es la congelación del presupuesto de la Casa del Rey para el 2023, que ya estaba congelado en los dos últimos años. Eso está pero que muy bien: se suben los sueldos los políticos que nos han llevado a la presente ruina general, pero le congelan los presupuestos a la Casa del Rey. (Espero que como esto no es la radio, hayan captado la larga ironía.)
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