Era una antigua costumbre de los periódicos sevillanos gastar a sus lectores inocentadas en el día de hoy. Las redacciones echaban a volar su sentido del humor y de la verosimilitud, para dar noticias falsas ("fake", se diría ahora) con las que tomarles el pelo. Eran inocentadas bastante inocentes. Un año, por ejemplo, anunciaban que se había derrumbado el Postigo del Aceite, e incluso utilizaban fotos trucadas para dar mayor verosimilitud a la tradicional broma. Otros años inventaban falsas historias taurinas, deportivas o municipales para que al final todos recordaran mirar la fecha del día en el periódico y comprobaran que sólo se trataba del tributo a la costumbre de la inocentada. Ya nada de eso hace falta. Ya los periódicos no dan inocentadas. Que yo recuerde, el último que las dio en estas páginas de ABC fue José Luis Montoya en su sección "El Patio". Reliquias del pasado. Y no del presente, porque toda la actualidad política del asalto de Sánchez al Estado de Derecho es como una larga inocentada, increíble y tristemente cierta esta vez. Y no precisamente inocente e inocua, sino peligrosísima para el sistema democrático.
Sí, se cuenta lo que está pasando en España y no se cree. No se cree que Rajoy, cuando le estaban haciendo la moción de censura que habría de ponerlo en la calle, en vez de aguantar el tipo en su escaño, para saber qué decían y argumentaban, cogió y se fue del Congreso de los Diputados sin que lo echaran, dicen que a tomar copas con los amigos.
Parece una inocentada que Sánchez llegara al poder sin mayoría absoluta, gracias a los votos de los golpistas separatistas catalanes, de los bilduetarras y de la ultraizquierda comunista de Podemos. Como parece otra inocentada que el que dijo que le quitaría el sueño tener que gobernar con Podemos se mantenga en el poder gracias a esa coalición y a los partidos antiespañoles que lo apoyaron en su investidura.
Inocentada parece que los herederos políticos de la ETA sean ahora fundamentales para la permanencia del Gobierno. Como parece una inocentada que con ese apoyo hayan modificado a medida y por la puerta de atrás el Código Penal y hecho desaparecer el delito de sedición para poder contentar y asegurar larga vida política a los antiguos condenados y encarcelados del "procés" independentista catalán. A usted le dicen que la sedición ya no está tipificada como delito en el Código Penal y cree que es una inocentada del 28-D. Como cree que es otra inocentada que con la ley del "sí es sí" se hayan rebajado las penas a los violadores, muchos de los cuales están en la calle. Cualquiera que la lea con atención cree que es una inocentada la Ley Trans, o la rebaja de las penas por malversación de fondos, si la cantidad defraudada no es para el bolsillo del mangante, sino para un amiguete o para su partido. Pro, sobre todo, lo que parece una inocentada es que el presidente del Gobierno del Reino de España sea Pedro Sánchez y nadie haga nada por impedirlo.
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