ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  13 de enero  de 2023
                               
 

Tres plenilunios

En muchos bares clásicos, de los de fotografía enmarcada de la Virgen de la cofradía del barrio en el mejor sitio tras de la barra, suele a veces haber un especialísimo almanaque, como un reloj de albero, que no de arena, de la mejor Sevilla, con los días que faltan para ese día de la Semana Santa que en La Calzada, en San Vicente o en el Cerro es la fecha más señalada del año. O el rotundo: "Faltan 84 días para el Domingo de Ramos". Como si fuese el tabernero de uno de estos bares clásicos, un lector me escribe para mandarme su particular cartel-almanaque de cuanto se acerca a pasos agigantados, que se adivina en estos días cada vez más largos, estos amaneceres tempraneros y esta luz de unas tardes que empiezan a alargarse. Este lector, que aunque vive fuera es un apasionado de Sevilla, viene todas las Semanas Santas, cumpliendo un rito en memoria de su mujer, con la reserva del hotel hecha de un año para el siguiente, puntual como el reloj de la plaza de toros del Arenal, y desde la distancia está al tanto de cuanto ocurre en nuestra ciudad. Mucho más, pero bastante más, que muchos de los que viven aquí como podían hacerlo en Albacete, porque les traen sin cuidado estas cosas clásicas nuestras en las que muchos encontramos ni más ni menos que la esencia de Sevilla, que el ensueño de Sevilla, que ese ente de ficción que quizá no exista, pero que hemos creado a base de sentimientos y de recuerdos.

Me dice desde la distancia este lector algo en lo que muchos de aquí no hemos pensado: "Ya sólo quedan tres plenilunios para el Jueves Santo". La verdad es que nunca había visto esa forma de medir el "ya está esto aquí". Me lo escribía en una carta que me llegó el día 7, recién pasada la Cabalgata, que era cuando vivíamos la luna llena de enero. Y viendo las fotografías de la Giralda con esa luna llena al fondo, que no se les suele escapar a muchos artistas de la cámara, pienso que quizá Eugenio d´Ors se equivocó en su famoso "Soneto a Écija", el del rotundo arranque: "Écija al sol,/Venecia en luna llena". ¿Y Sevilla en luna llena? La luna, la verdad, tiene muy mala prensa en Sevilla, salvo esas fotografías con el Giraldillo enmarcado por la redondez de ruedo del nuestro luminoso astro. El tópico de la imagen de Sevilla es siempre el sol, pocas veces la luna que da ese halo como de recuerdo y memoria a nuestras torres, nuestras espadañas, al perfil de los altos muros blancos con una buganvilla que chorrea por fuera de la tapia. --PUNTOAPARTE--

Aunque quizá suene a tribu apache de una vieja película del Oeste, faltan tres lunas llenas para el Jueves Santo. La próxima, apunten y salgan a ver Sevilla bajo su luz, será el 5 de febrero. La segunda, el 7 de marzo. Y la definitiva, la que ilumina la noche más mágica, esa Madrugada que según el reloj de Sevilla acaba a las 2 de la tarde, será el 6 de abril, la fecha en rojo de todos los almanaques. Menos en el nuestro, que es el blanco de la luna iluminando la blancura del azahar de la Virgen de la Concepción del Silencio.

 

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