Dicen que el chupinazo o más bien la mascletá del desentendimiento entre PP y VOX comenzó en el apresurado acuerdo de Valencia. Sí, el que llevó al torero Vicente Barrera a la vicepresidencia de la autonomía. Desde entonces, PP y Vox están dando un triste espectáculo ante los votantes de la derecha, muchos de los cuales tenían puesta su esperanza en el acuerdo entre ellos para acabar con el sanchismo, cifrado en un feliz lema: "Sánchez o España". Tan logrado como el que parece que se inventó en Andalucía, donde le dijeron a Sánchez en una pancarta: "Que te vote Chapote".
No sé quién está detrás de esta lamentable falta de entendimiento entre Vox y el PP, que está impidiendo que se cumplan los deseos de la mayoría aritmética de los votantes, como en Extremadura, hasta el punto que las exigencias del partido de Santiago Abascal ha impedido que la derecha le haya arrebatado allí el poder de la autonomía al PSOE, sino que se habla de la posibilidad de unas nuevas elecciones, lo que sería un fracaso del sistema y una desesperanza.
¿Por qué estas exigencias de Vox, de pedir sillones y cargos a cambio de complacer lo que quieren sus votantes, que se aleje el peligro del rompimiento de España y ya no haya más pactos del Gobierno con radicales antisistema, separatistas y antiguos terroristas? ¿PP y Vox no podían haber dejado estas disputas para después de las elecciones generales del 23-J? Dicen que puede ser por una de estas dos razones:
1. El PP permite que Vox se rebele y exija sus cuotas de poder y sus consejerías antes de pactar con la derecha para que así, en las generales, visto lo visto, el voto útil se concentre en el partido de Feijóo y los votantes de Vox que proceden del descontento con la posible blandura centrista del PP vuelvan a lo mismo que elegían, con lo que podríamos hablar de cómodas mayorías absolutas sin apoyos del segundo partido de la derecha, al que llaman racista, machista y de todo.
2. Vox dice que ya está bueno lo bueno, de apoyar al PP a cambio de nada, y que muchas veces lo que se ha acordado para un pacto luego no se cumple, como es el caso, tan inadecuado, como el negacionismo de la violencia de género, que parece que va contra la mujer.
De ambas explicaciones, la primera tiene una cierta lógica. Pero se olvida de lo principal, que es que esta falta de acuerdo entre PP y Vox generalizada en toda España, donde en cada autonomía se busca una solución, le da argumentos al sanchismo para que de aquí al 23 de julio esté dando la monserga y la tabarra contra la derecha, eso de la extrema derecha y la derecha extrema, ante una izquierda dicen que desmovilizada frente a una derecha que a pesar de todos los inconvenientes de las vacaciones y de la fecha con puente con el festivo de Santiago en muchos lugares de España, dicen que está más concienciada para no ser abstencionista ese día. Por favor, señores de Vox y del PP, arreglen sus diferencias cuanto antes o, mejor todavía, cuando ya hayan pasado las generales.
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