En el Palacio Ducal de Venecia enseñan siempre, con grande asombro de los turistas, la "Bocca di Leone" o "Boche delle Denuntie" ("Boca del León" o "Bocas de las Denuncias"). Era el buzón de denuncias de la Serenísima República de Venecia. Una escultura en bajorrelieve representando un león, símbolo de Venecia, o a San Marcos, patrón de la ciudad, o intrigantes caras humanas, con una ranura en su boca por la que se introducían las misivas delatoras. Aparte del que existe en el Palacio Ducal, estos buzones estaban repartidos por toda la Serenísima, para que cualquier ciudadano pudiera presentar una denuncia de la más variada índole, desde evasión fiscal a cuestiones relacionadas con la salud. Las denuncias eran estudiadas por un llamado "Consejo de los Diez", y al principio de su implantación cabía echar por la boca de la figura escritos anónimos, lo que dio origen a que se presentaran muchas venganzas por envidias y rencores entre vecinos, que fueron investigados, cuando no castigados por denuncias falsas. Por lo que a partir de 1542 las denuncias dejaron de ser anónimas, estableciéndose el requisito de que debían de ir firmadas por el denunciante para que pudieran llegar a ser consideradas. Sólo cabía una excepción de anonimato en las denuncias: que las delaciones en esas "bocas del león" o "bocas de la verdad" estuvieran relacionadas con conspiraciones y atentados contra la Serenísima República de Venecia, para salvaguardar la todopoderosa figura del Dux.
Bueno, pues en Sevilla, tan veneciana unas veces, tan florentina otras, le hemos echado la pata a la Serenísima República del Véneto. Según ha aprobado el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, los trabajadores de la comunidad autónoma cuentan con un nuevo canal para denunciar posibles casos de corrupción en la Administración. Se trata de un buzón telemático por el que los funcionarios de la Junta podrán «informar de forma anónima sobre sospechas de corrupción y pedir apoyo para evitar represalias». O sea, que de momento le ganamos ya a Venecia en cuestión del anonimato. Conociendo al personal, y ya que no podrá haber represalias por denuncias ni verdaderas ni falsas, ya estoy viendo en ese "buzón telemático de la verdad" muchos escritos de los subordinados contra los jefes acusándoles de hechos falsos, o de unos funcionarios contra otros levantándoles calumnias. Un navajeo a base de anónimos, que puede volver locos a los encargados de comprobar su verdad, que es probable que en muchas ocasiones brille por su ausencia. Igual que el veneciano "buzón de la verdad" aquí el que va a abrir o ha abierto ya el Consejo de Gobierno puede ser "el buzón de la venganza", dada la condición humana del personal.
De miedo nada más que ver la dirección de ese buzón anónimo: 'canaldenuncias.junta-andalucia.es/'. Lo malo es que llega tarde. Mucho nos habríamos evitado de haber existido este buzón cuando comenzaron los ERE o cuando los del la Faffe tiraban de tarjeta de crédito del cargo en las mancebías. O mejor que pusiera esos buzones el Ayuntamiento, para denunciar lo sucia que está su calle, señor, o la de veladores que hay.
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