En estos días de vacaciones de tanta calor, tanta sequía y tan altos precios, he hecho grandes progresos en Tertulianés, siguiendo los programas de la endeble programación estival de las radios, sin sus estrellas. Las estrellas de la radio se cogen las mismas vacaciones que los maestros: no trabajan en Semana Santa ni en Navidad, y dejan, además en el verano, a los que valen menos que ellos, para que no les vayan a quitar el sitio y se encuentren a la vuelta que su propio público prefieren a los suplentes.
En todos los boletines informativos de todas las emisoras he tenido que escuchar cien veces la frase "fuera de nuestras fronteras" antes de la información internacional. El extranjero no existe en Tertulianés. Es "fuera de nuestras fronteras". Y ahí que es justamente donde los socios Frankestein Dos de Sánchez quieren llevar a parte de España y exigen como condición inexcusable en su lista de peticiones para aprobar su investidura. Los partidos independentistas con los que Sánchez superará los 172 escaños que ha reunido Feijóo con tantas fatiguitas, tienen todos eso de dejar a España "fuera de nuestras fronteras" en sus contrapartidas para apoyar la investidura del candidato que habiendo perdido las elecciones del 23-J las va a ganar. Quieren que Cataluña y las Vascongadas, con Navarra anexionada, queden "fuera de nuestras fronteras". ¿Cómo? Ah, ya se las aviará Sánchez con todos los resortes del Estado que ha ido controlando y seguirá controlando. Que eso sea posible, por ejemplo mediante la fórmula del "Estado plurinacional" que cada vez pronuncian más y con mayores fuerzas, porque saben que de sus pocos escaños depende que siga quien les da cuanto piden.
Y "fuera de nuestras fronteras", pero en otro sentido, han sido los dos hechos de los que ya estamos algunos hasta el gorro de tanto oír hablar y de ver por TV, con los que la TV ha echado el verano: el crimen de Tailandia y el escándalo de Rubiales. Casualmente, ambos han ocurrido no sólo "fuera de nuestras fronteras", sino fuera de nuestro continente. Pero lo que es la globalización: parece que "el beso que le di en el puerto" (como cantaba Manolo Escobar) el gamberreta chulángano de Rubiales a Jenni Hermoso hubiese sido en el Bernabeu, cuando ocurriò en los antípodas, en Australia. Pregúntennos lo que quieran sobre Rubiales y sobre su mala educación, sobre su propensión a los tocamientos de genitales en presencia de menores, como la Infanta Doña Sofía. Y lo mismo digo de Tailandia, y del extraño asesinato del doctor Edwin Arrieta por el nieto de "Curro Jiménez". Estando tan fuera de nuestras fronteras en Asia, lo sabemos todo: hasta que en las ferreterías de Tailandia venden "kits de descuartizamiento", que también se usan por aquí, a juzgar por los asesinatos con descuartizamiento de mujeres encontrados en Bilbao y en Jerez.
Sánchez, cuando estaba en Marruecos con una gorra como la del mozoespadas de Morante, dijo que disfrutáramos de las vacaciones y no nos metiéremos en política para que él pactara por lo bajini sin molestias la continuación de la destrucción de España. Mientras a nosotros nos han hecho pasar el mes con un beso y un descuartizamiento.
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