- Me
dijo a mi un pajarillo
- lo bien que huele esta tierra
- y el tango de esos olores
- con sus primores
- pueden ya olerlo, pueden ya olerlo.
- Porque he llegado y he visto
- de que era la cosa cierta,
- desde la Viña a Puntales
- se huele a Cádiz
- que es pá comerlo, que es pá comerlo.
- A yodo huelen tus playas,
- a espumita tus murallas
- como una divinidad,
- y a escollera huelen los pregones
- que dan por los callejones
- de las caballas p'asá.
-
- Y
a flor de azahar, Corpus de olor
- en la Catedral se huele a Dios
- con esa Custodia
- de plata antigua, de plata antigua.
- Y el incienso por mí
- le dice una oración a mi Nazareno
- en Santa María, en Santa María.
- Y en ese viejo almacén, olores de mi niñez
- me huele a gloria, me huele a gloria,
- y en el refino compró
- mi madre jabón de oló
- que huele a novia, que huele a novia.
-
- Olores
de ese balcón,
- tres mil perfumes del Cádiz marinero,
- pero ná es como en octubre con los nardos
- que a la Virgen del Rosario
- lleva toa la ciudad.
- Igual que una rosita temprana,
- mitad marinera, y mitad gitana,
- no hay gaditana, no hay gaditana,
- no hay gaditana más perfumá.