Correos
cada vez está más loco... Así estamos haciendo rico al de Seur, al de MRW y hasta a
Ricardo, que es mi mensajero particular, un hombre que en vez de cobrar el paro decidió
crear con su amotillo y su casco su empresa unipersonal y así echar una mano a las cifras
del paro de Javier Arenas, para mosqueo de quien antes era Josep Borrell y ahora es Pepe
Borrell, antes el efecto Borrell y ahora el defecto Borrell. Correos está
loco, porque esta mañana, y a mi nombre, he recibido una carta a una cigüeña. No una
carta a la cigüeña con la colaboración de la casa Pikolín, que ahora cumple cincuenta
años, a mí plín, ni una carta a la cigüeña como copulatorio y matrimonial
eufemismo. Es una carta a la cigüeña propiamente dicha. Que dice así:
"Sra. Cigüeña: Torre
Fabrica de Artillería. San Bernardo (Sevilla). Fecha : Albores del Rocío... que también
es de Sevilla.
Muy señora mía: como cada
año, desde mi ventana, la veo regresar puntualmente, a su "casa" privilegiada
del barrio de San Bernardo , y la he visto con que celo ha criado a su retoño. Hasta
recuerdo un año que tuvo usted mellizos, y cómo mantenía usted su gigantesco nido, con
ramitas, del enorme solar de los Jesuitas, hoy Jardín de la Buhaira y solares aledaños,
donde también cazaba insectos y pequeños reptiles. No sabe usted ,señora cigüeña, lo
que he envidiado cada año su atalaya, donde dominaba usted perfectamente la cofradía del
Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio, al tomar la curva de la calle San Bernardo
buscando el puente, llamado de los Bomberos, y sin variar de posición, ver cómo a
través de Eduardo Dato en dirección a Jiménez Aranda, venían el Cristo de la Sed y la
Virgen de la Concepción.
Pero hoy, señora mía, me
dirijo a usted para prevenirla, y para que prevenga. Si usted tiene el privilegio de ver
nazarenos y pasos de palio, y días después ver caballistas y coches de caballos camino
de la Feria, muchas de sus compañeras, desde espadañas de pueblos del Aljarafe, desde
eucaliptus gigantes de Hinojos, de Palacio y de Coto del Rey, ven a esos mismo caballistas
con cintas en el sombrero, con medallas en su pecho, a esos carruajes, convertidos en
carretas tiradas por bueyes, y a esos costaleros de paso de Cristo convertidos en forzados
peregrinos empujando una Carreta del Simpecado. Y sus compañeras y usted deben tener
cuidado.
Verá usted: la falta de
respeto de los hombres por las Naturaleza no tiene límite y una avalancha de color gris
(la muerte tiene ese color) se ha precipitado por el Guadiamar, en muchos puntos se ha
salido de sus cauce, arrasándolo todo a su paso. Señora cigüeña, cuando usted emigre
al Sur, no mire abajo, porque puede que las lagrimas le nublen la vista. No beba en caños
o lucios, que ya no son transparentes y el sol no se puede reflejar en ellos, y no coma la
fácil presa de los peces muertos, porque morirá como muchas de sus compañeras, con el
cuello taponado por el lodo. Vuele alto, y vuele rápido y aléjese de esa visión de
desolación vergonzante.
Si pasa por el Quema, no se
deje engañar, señora cigüeña. Allí se ha removido y tapado el color gris de la
vergüenza y se ha reconstruido el cauce del río a modo de portal de Belén. Hasta el
extremo que piensan construir un dique que tapone las aguas contaminadas sustituyéndolas
por aguas limpias, como si todo hubiera sido una macabra broma y para que los hombres
vuelvan a contaminar con todo lo que arrojan a su paso. Señora cigüeña, hágame caso,
porque me gustaría volverla a verla anidar en la torre de San Bernardo, me gustaría
volver a envidiar su privilegiado palco de Semana Santa y cuando pase con mi familia,
camino de la Feria, me gustará volverla a ver como enseña a su hijo a volar, como yo
intento enseñar a las mías." (Guardé la carta y, con ella, el coraje ante tantas y
tantas cosas. Por eso la he puesto aquí. Hay días en que hay que dar las gracias de que
Correos ande loco...)