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Quitando
el periodo de la preautonomía, ya tan lejano y oscuro como el
reinado de Witiza, ¿cuántos años hace que tenemos Junta de
Andalucía tirando de talonario de las pesetas del presupuesto?
Vamos a poner que veinte años. Bueno, pues en veinte años no
han sido los mocitos capaces de poner en condiciones la
vergüenza que es la carretera nacional N-340 sin
desdoblamiento. Sí, ya sé que esa carretera no es de la Junta,
que depende del Ministerio de Fomento ahora, como antes
dependía del MOPU y de todos los nombres que ha tenido esa
cartera con tantos donuts como no acaba de invertir en la N-340.
Pero digo yo que ya que Madrid no ha mostrado la menor
preocupación por esa carretera, hombre, pues, rumbo y tronío
andaluz. La Junta, tan despilfarradora en todo, podría haberse
tirado el rentoi, muy andaluz por otra parte, de convidar a
carretera a Madrid:
-- No se preocupen ustedes, señores del
gobierno de Madrid, que si ustedes no nos echan puñetera
cuenta, nosotros los vamos a convidar a desdoblamiento del la
N-340 con mucho gusto.
Lo triste del caso es que se trata sólo de
100 kilómetros. Los 100 kilómetros de N-340 que van de
Chiclana a Algeciras son la demostración de no sé si en los
Pirineos, pero en el palacio de San Telmo sí que empieza desde
luego Africa a efectos administrativos. Africa en la punta de
Europa. Son 100 kilómetros de carretera de Tercer Mundo,
africana, por el cabo más meridional del Tercer Mundo andaluz,
que dicen las matrículas nuevas de los coches que es Europa,
tararí, antier va a ser esto Europa, con esa N-340...
Punta de Europa y puerta de Europa. A
Algeciras llegan muchos cruceros turísticos, cuyos pasajeros
cogen carretera y manta de autobús de grupo para visitar,
¿qué digo yo?, las bodegas de Jerez, la Giralda de Sevilla, lo
propio. Cuando a esos turistas los meten en el autobús por las
curvas y contracurvas peligrosísimas de la N-340, por los
tradicionales embotellamientos de Conil, se preguntan:
-- ¿Pero la excursión de Marruecos no la
hicimos ayer, cuando atracamos en Tánger? ¿Es que se ha
equivocado el capitán del barco y hemos tocado otra vez en
Africa?
Tocamos en Africa y nos toca los ya me
entiende comparar la indolencia andaluza en materia de
carreteras con las maravillas de la red de comunicaciones
terrestres que ha hecho, por ejemplo, Manuel Fraga en su Galicia
de su alma, sin despilfarrar tanto como aquí. Da allí gusto ir
al cabo Finisterre, que está donde su mismo nombre indica: en
la fin del mundo. Aunque apenas hay pueblos por allí,
magníficas autovías de calzada doble te llevan hasta los
chirlos mirlos de aquella punta europea. En cambio, en esta,
ahí te pudras, o ahí te mates, o ahí te lleves horas y horas
para poder entrar en la autopista Sevilla-Cádiz desde el cuello
de botella de Chiclana. Es la nueva letra de la
"Chiclanera". De Cádiz para Chiclana, camino sembrao
de flores, evidentemente. Pero de Chiclana para Algeciras,
uniendo las dos conurbaciones de las dos grandes bahías de la
provincia gaditana, camino sembrado de curvas, de
embotellamientos, de tapones, de peligros, de recuerdos de
accidentes mortales. Una carretera donde la autonomía andaluza
no ha servido abdolutamente para nada, ni para protestar ante
Madrid y exigir lo que es debido.
Ya sabemos que no la doblan, pero, hombre, por
lo menos podrían desdoblar la N-340...
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