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No
sé si habrá desabastecimiento, y si la flota estará amarrada,
y si las lonjas están solas, fanés y descangalladas, pero ayer
convidé a almorzar a unos amigos y nos tomamos, apunta, nene,
unas gambas blancas, unos salmonetes a la sal y unas huevas
aliñadas que fueron todos productos como para ponerles un piso,
tras inscribirse con ellos en el registro de parejas de hecho.
-- Pero sería todo congelado...
Lo fuera o no, ¿a mí que me importa, si
estaban riquísimos? Aquí los quiero ver, a los gastrónomos a
la violeta que creen a los jefes de comedor que presentan todo
langostino como de Sanlúcar, toda angula como de Aguinaga, toda
gamba como de Padrón, todo besugo como del Cantábrico y
naturalmente que toda merluza como de pincho. Si fuera verdad
que es fresco todo el pescado que nos sirven (y sobre todo nos
cobran) como tal, ésta era la hora en que tenían que estar
cerrados con las siete llaves del sepulcro de Savarín todos
esos restaurantes con nombres marineros que han llenado nuestras
ciudades. Salga a la calle, y compruebe usted mismo que ha
cerrado la flota de traineras, espigones, mareas, faros, norais,
puertos, falúas, redes y trasmallos. En caso de que no hayan
cerrado, podemos emprender la cruzada de reivindicación del
pescado congelado y con carné de identidad. Si fueran ciertos
todos esos camiones que acaban de traer el pescado desde
Galicia, la carretera de La Coruña tendría continuamente un
embotellamiento que ni de Operación Retorno. Si ciertas todas
esas avionetas que traen el pescado desde Málaga, Barajas
tendría un colapso aún mayor.
Muchas veces esos camiones que vienen de la
lonja de Cambados y esas avionetas a modo de aéreos cenacheros
de Málaga no existen más que en la mente de quien nos extiende
la factura. Ahora los quiero ver, el arte de los fogones que
dicen los que se proclaman críticos gastronómicos y se dedican
mayormente a mangar cenas a los hosteleros. Se impone una cura
de humildad y de verdad, un levantamiento de veda de gatos y de
liebres, y que el jefe de comedor nos diga que la merluza, sí,
es de pincho, pero congelada. O sea, como siempre.
Nuestras tarjetas de crédito nos lo
agradecerían eternamente.
SI TARDA EN
BAJAR, PRUEBE LA PRÓXIMA VEZ EN OTRA VERSIÓN, PINCHANDO
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