Multifondos Banco Central Hispano Online

Diario El Mundo

BCH en Internet

El Recuadro

 Antonio Burgos
Pinche para conectar en El Mundo en Internet Ir a la pagina principal
El Mundo,  lunes 4 de junio del 2001

     ¿QUIÉN HACE ESTO?      


ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Los fumetas

Como ángeles rebeldes, mas políticamente correctos, le enmedamos la plana a Dios cada día. Si Moisés apareciera ahora con sus tablas en el Sinaí, no digo que esas tablas fueran de surf, pero quizás llevarían diez mandamientos distintos. Pondrían: "No matarás ni robarás, salvo que te llames Vera o Barrionuevo y lo pactes". O: "No fornicarás si en tu autonomía no dan gratis la píldora del día después". Esta sociedad tan laica y permisiva se ha inventado nuevos pecados. Dicen que el infierno no existe, pero mandamos allí a cuantos contravienen los nuevos dogmas civiles. La infalibilidad del Papa es la duda de una loca haciendo ganchillo al lado de la infalibilidad del editorialista del Boletín Oficial del Polanquerío. Y nada digo de la infalibilidad de Arzalluz en vascongada materia: sólo le falta la silla gestatoria.

Nada como el nuevo mandamiento de la salud. En las nuevas tablas de Moisés pone: "No fumarás". Para que cumplamos el mandamiento, los obispos civiles nos amenazan con penas del infierno de las zonas de no fumadores. Hay que remontarse al nacional-catolicismo para encontrar este fervor colectivo del mundial-antitabaquismo. No obstante, veo que falta la palabra exacta para clavar la condena y reprobación social del fumador. Tanto dinero gastado contra el tabaco (y a los agricultores de Extremadura que les vayan dando), pero no han encontrado el adjetivo que descalifique socialmente al que fuma. La lengua es muy punitiva contra el que bebe, el que duerme mucho, el que come, pero no contra el que fuma, porque no hay penitencias verbales para los nuevos pecados. El que bebe mucho es borracho, bebedor, dipsómano, beodo, curdela. El que come mucho, glotón, tragaldabas, tragón, o, por lo fino, heliogábalo. El que mucho duerme, dormilón, lirón, marmota. Pero al que fuma le llaman sólo fumador. Si fuma mucho, todo lo más "compulsivo", máximo grado de condena que logrado crear la lengua castellana, desplazando al "empedernido" de antes. A lo más que llega la lengua es a decirnos que fumamos como carreteros, que son unos señores bastante respetables.

Lo cual comunico para consuelo de fumadores, que en la reciente jornada de los fastos mundiales contra el tabaco hemos sido presentados como delincuentes sociales, como marginados, como suicidas, como apestados, como herejes en materia de los nuevos dogmas. Nos queda sin embargo, a nuestro favor, intacto, el prestigio lingüístico del tabaco. Ahí todos son de nuestro bando. Los muchachos que riñen al padre por el cigarro disfrutan empero fumándose la clase de Matemáticas. Cuando un no fumador rechaza algo, dice: "Eso es infumable". Hoy por hoy, lo más que pueden llamarnos es fumetas. Pero verán cómo pronto nos inventan un calificativo más infamante que borracho. Lo mandan los nuevos mandamientos de la Santa Sociedad Sana y Políticamente Correcta.

Todos los fondos que le interesan en un solo fondo BCH

Hemeroteca de artículos en la web de El Mundo

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés

Libros de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta - 




ARTÍCULOS DE HUMOR  

ABEL INFANZON "LA ESE 30"

PUNTAS DEL DIAMANTE

 


Pinche para conectar con El Mundo, edición íntegra en Internet

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

     

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 Página principal-Inicio

Regresar a la pagina principal