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Quién
supiera escribir... Digo que quién supiera escribir a la moda
del país, con el manual de estilo de lo políticamente
correcto. A pesar de los años de oficio, lo intento y no lo
consigo, por más que me esfuerzo. No logro poner eso al uso:
"Los retos de la globalización en el contexto de la
distensión entre los antiguos bloques bipolares suponen un
salto cuantitativo en el por aquí te quiero ver..."
Por más que me pongo, aunque escribo cien veces "lo que
es" y a "nivel de", o ese nuevo timito de
"estamos hablando de", no lo consigo. Por mucho que me
esfuerzo, escribo y se me entiende todo, qué deformación
profesional. No sé poner "un descubierto de ingresos con
relación a los gastos en los resultados de la cuenta de
explotación", sino que escribo que el tío metió la mano
en el cajón y se llevó la manteca colorá.
Razones todas de inadecuación de servidor al lenguaje en uso
por las que no tengo palabras con que agradecer al alcalde de
Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, el folleto en cuarto
mayor con cubierta carmesí que me ha enviado a casa, titulado
"2001-2003: Gobierno y gestión para la Sevilla
inmediata". No sé si me lo ha enviado como cronista de los
eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa (ya voy
aprendiendo) o como sevillano de a pie que paga sus impuestos en
las colas de rigor de la calle Pastor y Landero. Sea como fuere,
el alcalde me ha hecho un favor inmenso, porque abro el folleto
y compruebo que es una cartilla del lenguaje que no logro
aprender, un catón de la jerigonza en uso. Le prometo, señor
alcalde, que esto me lo cojo yo y me lo aprendo, pim, pim, verá
usted cómo me lo aprendo.
Porque el folleto del alcalde es una maravilla en ese
difícil arte de no decir nada. Miren cómo comienza el
documento en la página 5: "En este tiempo de inicio de
siglo Sevilla, como todas las grandes ciudades europeas, tiene
ante sí el desafío de hacer de la urbe un ámbito central de
participación ciudadana y de profundización democrática. El
objetivo es que la ciudad sea territorio para la convivencia,
espacio habitable, de calidad de vida, que propicie la
integración social y la solidaridad, el desarrollo
socioeconómico sostenible, la prestación eficiente de
servicios públicos básicos y la cooperación entre lo público
y lo privado."
Más claro, agua de Emasesa. Qué maravilla, saber escribir
eso del desarrollo sostenible, cosa que hasta ahora no he
logrado... O lo que viene después, que es absolutamente
prodigioso cómo se puede escribir de esta manera: el ámbito
competencial del Ayuntamiento, los retos abordados, el liderazgo
de la ciudad, la búsqueda de sinergias, el factor catalizador,
los procesos de planificación, el modelo consensuado, las bases
estratégicas prioritarias, la adhesión de los ciudadanos a su
entorno... Y todo ello, naturalmente, y sigo citando al pie de
la letra, "con el telón de fondo de un pensar
global".
Nada, esto me lo cojo yo y me lo aprendo, esto es el
evangelio del lenguaje de la modernidad y no hay que quedarse
atrás. Este folleto que el alcalde ha tenido la amabilidad de
enviarme me lo aprendo yo me memoria, verán ustedes cómo en
dos o tres días rompo a escribir como Dios manda.
Porque este hombre tiene más razón que un santo. Los retos
abordados en el ámbito competencial de cara a los procesos de
planificación de infraestructuras no solamente han de tener en
cuenta las bases estratégicas prioritarias, sino la búsqueda
de energías para que el desarrollo sostenible quede integrado a
nivel de adhesión ciudadana. Yo creo que es algo...
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