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Si
yo fuera asesor de Aznar, le diría que, por favor, que no
cuente más chistes, y menos en los mítines andaluces. Porque
tiene la gracia donde amarga el pepino. ¿Oyeron lo que dijo en
Málaga de un globo, dos globos, tres globos? Montó a Zapatero
en un globo para hacer una gracia. Y más que para reírse, el
chiste era para darle dos guantás a Aznar, qué tío más
malage. Por si fuera poco, ese corte del chistecito fue el que
repitieron por radios y televisiones, a fin de que los
españoles se enteraran bien enterados de que a Aznar no lo ha
llamado Dios precisamente por el camino de la gracia. En el peor
de los casos, podía haber contado Aznar el chiste malo del
globo de Zapatero en su tierra vallisoletana. Pero venir a
Málaga a contar chistes es como querer ir a San Sadurní de
Noya a vender cava del que hacen en Almonte o en Almería. El
valor, desde luego, no se le supone a Aznar, lo tiene
reconocido. Hay que reconocer que hay que echarle dos cojones
para atreverse a contar un chiste con tantísimo malage en la
tierra de Chiquito de la Calzada.
El chiste del globo que me ratifica en mi tesis: ni Aznar ni
el PP se acaban de enterar de Andalucía. Aznar, con el chiste,
es como esas señoras de por ahí fuera que se sienten obligadas
a hacer el ridículo bailando una rumbita en la feria. A este
paso, Aznar es capaz de ponerse el sombrero de alancha en el
próximo mitin andaluz al que asista, lo advierto. De toda
nuestra tierra no han entendido nada y siguen sin entenderlo, y
han heredado hasta el tercio de libre disposición del error
histórico de la UCD con Andalucía el 28-F. Por
muchos chistes que cuente, Aznar no puede explicar lo que el
PSOE se ha encargado de transmitir con sus excelencias
habituales de marketing político: que el Tío del Bigote es
tan carca que ha quitado el PER y ha condenado al hambre a los
pueblos andaluces. Esto no es así, pero como ha sido explicado
así, es lo que la gente cree.
Y así, claro, las encuestas dicen lo que dicen. Según la
última que ha encargado el PSOE, aventajan al PP en Andalucía
en 12,5 puntos. Por descontado que es una encuesta hecha al
gusto del consumidor y del que paga, que es el PSOE. Vamos a
aplicarle la rebaja del tío Paco: pongamos que no son 12,5
puntos de ventaja, sino solamente 6,5. Da lo mismo. El PP sigue
sin verle al PSOE en Andalucía ni la matrícula, e insisto que
la solución no es desvestir el santo de la alcaldía de Cádiz
para vestir el muñeco de la candidatura a la presidencia de la
Junta. El beso de la mujer araña del entramado de intereses que
ha creado el PSOE desde la Junta, desde sus ayuntamientos, desde
su poder mediático es algo que el PP no podrá desmontar ni
aunque gane las elecciones en Andalucía. Que no las ganará. Si
grande es el complejo de derechas del PP en toda España, mayor
lo es en Andalucía. Todavía estoy esperando a que un dirigente
andaluz del PP tire de la manta y diga en un discurso una
décima parte de la mitad de cuanto afirmaba con nombres y con
datos Francisco Rosell en su artículo del domingo en estas
páginas sobre la manipulación de las Cajas de Ahorros y del
poder económico del dinero público.
No es que quiera hacerle la pelota a mi director, pero yo le
recomendaría a Aznar que para el próximo fin de semana andaluz
que no pase en el Coto, como Felipe, sino en el mitin nuestro de
cada sábado dánosle hoy, que se deje de chistes y que lea más
a Rosell. Mientras no sea así, ellos sí que van en un globo
más grande que el de González Green.
Sobre la precampaña del PP en El
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