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Estamos
en época de exámenes. Me refiero al examen de tontos. Todos
estamos haciendo un cursillo acerado en una especie de
Universidad a Distancia para aprobar el examen de tontos
oficiales. Lo imparte la Facultad de Ciencias de la
Estultología, cuyo decano es el profesor Rafael Simancas. Cree
el profesor que los madrileños son tontos, pero no lo
suficientemente tontos, y deben progresar adecuadamente,
recuperando conocimientos. Y si en las clase de recuperación
(del poder) toma a los madrileños por tontos, ni les cuento
qué piensa del resto de los españoles. Tontos de baba y
babero. Tontos con balcones a la calle y pilastras adosadas. De
ahí que estén haciendo tantos esfuerzos pedagógicos, porque
los exámenes están a la vuelta de la esquina, en forma de
investidura.
Como todos los españoles, he
seguido con aprovechamiento todas las lecciones magistrales
impartidas, y espero que Simancas confirme lo que cree de
nosotros: que somos tontos. Llevo muy bien los temas al examen.
Chupi lo de la mayoría de progreso. La mayoría de progreso no
consiste en sacar más votos que nadie, eso es reaccionario. Una
mayoría no es de progreso hasta que no puede desbancar a la
lista más votada. También me sé muy bien el tema de la
corrupción: es lo que hay en los otros partidos, nunca en el
propio. La responsabilidad política para hacer las listas
tampoco existe. Hago de lo Blanco, negro. Los peligrosos son los
constructores. Todo constructor es un corruptor mientras no se
demuestre lo contrario, que no se puede demostrar.
Pero lo que mejor llevo a
examen es el voto de los dos réprobos. Llamándoles réprobos
me imagino que me darán el cum laude. Esos votos se pueden usar
según y cómo. Si los usa Aguirre, golpe de estado a la
democracia habemus. Si Simancas, consolidación del sistema
democrático. Puede, por descontado, desdecirse uno cuantas
veces tenga por conveniente, eso me lo ha aprendido, porque
seguro que va a examen. Por el principio supremo de que los
candidatos no tienen vergüenza y los votantes no tienen
memoria. Y así de paso tampoco no tenemos en cuenta, porque
somos tontos, cómo ha votado el PSOE en Navarra junto a los
etarras, que rima.
Todo esto me lo sé de coro,
pero aún tengo que darle un repasito. Espero que si le pongo
todo esto en el examen, el profesor Simancas confirmará lo que
piensa de mí, que soy tonto, y me dará el carné. Ahora, que
lo que no podrá darme, por muchos esfuerzos que yo haga, es esa
pinta de antiguo seminarista viscoso, falso y peligroso que
tiene...
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