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Si
Chiquito de la Calzada no hubiera pasado a la reserva, barrido
por la basura sin escoba de la TV, hubiera inventado una
comparación popular que ahora tenemos que referir sin cita de
autoridad: «Anda, que eres más inútil que un pasaporte en las
fronteras de la Unión Europea». Crucé el otro día el
Guadiana y comprobé que en la raya ribereña de Portugal se ha
levantado todo un monumento a la Unión Europea. Las antiguas
cabinas de control donde los guardiñas te pedían el pasaporte
están abandonadas y en ruinas, como casillas de los peones
camineros. Estamos en una Europa sin peones camineros y sin
fronteras. El mejor pasaporte, en todo caso, es el carné de
identidad. Como descreído en fe comunitaria, cada vez que llego
a un aeropuerto europeo desconfío de que con el simple carné
de identidad pueda entrar. Paso el control policial y parece que
por la megafonía dicen como en la retransmisión de la mítica
Davis de Manolo Santana: «¡Entró, entró!»
Y cuando menos falta nos hace
el pasaporte para andar por el mundo, lo modernizan. En el
pasaporte nuevo nos pondrán digitalmente lo que somos, pero no
de dónde venimos. Ahora que Aznar la ha tomado con la pandereta
en Nuevo México, podía haberse ahorrado esta panderetada de la
vergüenza que parece que nos da decir el nombre completo de la
nación. Aunque casi nadie se lo crea, esto es el «Reino de
España». Decir España a secas es una panderetada.Suena a
sangría, paella, flamenco, sol, turismo barato, toro de Osborne
y Real Madrid. «Reino de España» suena a Monarquía
parlamentaria, a potencia económica mundial, a consolidado
sistema democrático de partidos en la Unión Europea. España
es el mote que le ponen al Reino en los pasaportes. Y sólo pasa
aquí. Los pasaportes de los británicos no ponen «Inglaterra»
a secas, sino «United Kingdom». Los de los galos no dicen
«Francia», sino «Republique Française». Y ni te cuento la
de grupos consonánticos impronunciables con que pone
«República Federal Alemana» en los pasaportes de los
germanos. Aquí, por el contrario, tienes que sacarte el carné
de conducir para que ponga con orgullo lo de «Reino de
España» en un documento oficial. España no aparece en los
papeles como constitucionalmente porque parece que la hubieran
suspendido en el examen de conducir dignidad nacional. Tan del
Ministerio del Interior es el pasaporte como el carné de
conducir y no comprendo cómo en un documento la nación se
llame de una forma y en otro de otra apocopada.
Todo esto, claro, sin entrar en
ese tuétano que se le ha ido vivo a la oposición. Dicen que el
nuevo pasaporte servirá mayormente para entrar sin visado en
EEUU. Los hispanos de la península probablemente tenían algo
similar para ir a la Roma del Imperio.El nuevo es como los
pasaportes del franquismo, pero al revés.En los de la dictadura
ponía «Válido para todo el mundo, excepto Rusia y
satélites». En este pasaporte digital de una España
vergonzante debería poner: «Valido para Estados Unidos y
países satélites, verbigracia España». Ahí sí pega
perfectamente «España» a secas.
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