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Querido
Rafael
de León que estás en el cielo de la copla: ¿te acuerdas
de aquellos anuncios del peluquero, que salía en la tele una
señora diciendo "Rupert, te necesito"? Ayer saliste
así en el programa de Concha García Campoy: "Rafael de
León, te necesito". Te llamaban a gritos a ti y a tus dos
compañeros de la triada capitolina de la canción, al Maestro
Quiroga y a Antonio Quintero. Porque sabrás, tío Rafael, que
el Príncipe de Asturias no se va a casar con aquella niña
León de tu familia, con María Castillejo, la hija de la
Marquesa de la Cañada, como contaron ayer las lenguas de doble
filo, sino que como se trata de la reescritura popular de tu
romance de la Reina Mercedes, puesto al día de Todos los Santos
de 2003, la cuestión va mediática, y será Princesa de
Asturias una presentadora de TVE. Y aquí era, Rafael, donde te
reclamaban. No sé fue si José Luis Gutiérrez o si Arturo
González, pero dijeron: "Hoy España necesita a Quintero,
León y Quiroga".
Te imaginarás para qué. Te lo
han puesto como a Fernando VII: tendremos otra vez Reina
española, como María de las Mercedes. Así que el romance te
iba a salir solo, si oyeras la llamada urgente: "Don Rafael
de León, acuda a información". Creen los que no te
conocen ni saben de tu lealtad a la Corona (la que te llevó a
una checa en la Barcelona de 1936 y casi al borde del paseo),
que te ibas a poner a escribir por el plan antiguo, y que ibas a
decir: "Leticia la de las nueve,/qué Reina más
asturiana..." Y no saben, Rafael, que los tiros de la
lealtad no van por ahí. Como no tienen la dicha de hablar
contigo todos los días por el telefonillo del verde, verde
limón, no saben que, en realidad, el "Romance de la Reina
Letizia" es tuyo. Ha sido escrito por el Rafael de León de
la propia realidad de hoy. Desconocen que, en verdad, todo es un
poema póstumo de Rafael de León, con todos los ingredientes
del "no debía de quererte y sin embargo te quiero".
Los romances ahora son así, y los escribe la realidad de la
televisión. Sé, Rafael, que esta copla, la mejor para 2003,
que te ha salido redonda, ha sido tu servicio póstumo a la
Corona. Habrás visto cómo el pueblo se ha quedado con la copla
imprevisible, el romance mejor, que cuenta que las princesas
viven ahora en los telediarios, nuevos palacios de San Telmo del
poder. Y sé, además, poeta, que a tu voz con corona de
marqués del Valle de la Reina y Conde de Gómara no se le han
caído los diamantes por escribir el romance. La gente está
encantada con tu copla. Hasta que el pueblo las canta, las
coplas, coplas no son. Y el pueblo entero de España ya canta tu
copla póstuma y modernísima, poeta. En cuanto a lo demás,
sabes que ante la alegría del clamor popular por la Monarquía
hemos entregado la cuchara, de satisfacción, hasta los del plan
antiguo. "De las de peina y volantes/qué pocas vamos
quedando", nos decimos Santiago Castelo y servidor, cuando
hablamos de tí, citando tus versos. Pues hasta las que vamos
quedando estamos encantadas con que este romance haya sido un
auténtico plebiscito sobre la Monarquía que ha ganado el
Príncipe de Asturias. Traduzco: que ha ganado la España
constitucional que hoy tantos ponen en cuestión.
Sobre la boda del
Príncipe de Asturias, en El RedCuadro: "La burbuja
mediática, coronada"
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