|
Manuel
Machado puso a "Huelva a la orilla de las tres carabelas". Y ahí
quedó, como dicen los capataces de Semana Santa cuando mandan
arriar el paso. Y allí está todavía Huelva, a la orilla de las
tres carabelas. Con una particularidad: esas tres carabelas las
cogen y las mandan donde va haciendo falta. A todas partes,
menos a Huelva. Unas veces las mandan a Madrid, a la misma Plaza
de Colón, que saben ustedes que se llama así porque desde allí,
exactamente frente al Museo de Cera, fue desde donde salió Colón
para descubrir América y lo que hiciera falta descubrir. Otras
veces cogen las tres carabelas de Colón e incluso las de Ariel
Automáticas y las mandan a Sevilla, como hicieron en la famosa
ocasión de 1992, en que se celebró en Sevilla lo que tenía que
haber sido en Huelva, como almendra y tuétano del Descubrimiento
que fue. La Cartuja tenía que haber sido La Rábida, y Huelva
aguantó el chaparrón como pudo, obteniendo a cambio solamente
que a la carretera que la une al centralismo de Sevilla le
pusieran de mote "Autovía del Descubrimiento". ¿De qué
Descubrimiento? Pues del descubrimiento de que a Huelva la
habían dejado por la parte de fuera, y que hasta sello oficial
de Correos hubo que ponía a las tres carabelas no en La
Fontanilla de Palos de la Frontera haciendo la primera aguada,
sino al pie mismo de la Torre del Oro, pues es sabido que
Rodrigo de Triana, antes de que emprendieran el viaje, convidó a
almorzar a todos sus compañeros de tripulación en Río Grande.
Ahora, una vez más, le quitan las carabelas a
Huelva. Por el procedimiento habitual: el del tirón. Como este
PP es tan inteligente y cuida tantísimo las cosas de Andalucía,
en la recta final de la campaña electoral, como el alcalde Pedro
Rodríguez tiene más que asegurado (por aquí) que saca más
diputados que nadie como cabeza de lista, el Gobierno, para
echarle una manita, va y designa a Salamanca como sede de la
Cumbre Iberoamericana del año 2005. Desde Salamanca, como
ustedes bien saben, fue desde donde salieron las naves
descubridoras. Eso de Palos y de los Pinzones es un infundio que
han levantado contra Salamanca. Menos mal que el Ministerio de
Asuntos Exteriores va a poner las cosas en su punto, mandando
allí la Cumbre Iberoamericana. Pasa con esto de Salamanca lo
mismo que con la Secretaría de Cooperación Iberoamericana (SECIB).
En 1999, los jefes de Estado y de Gobierno de los países
iberoamericanos consideraron la necesidad de dotar de
institucionalidad al proceso de las Cumbres y crearon esta
secretaría. ¿Dónde ponemos su sede, en un sitio que tenga mucho
que ver con América? ¡Ya está, en Madrid¡ ¿Habrá sitio más
americano que Madrid, que el Metro va lleno de ecuatorianos, de
argentinos y de peruanos?
Lo más bonito es el argumentario colombino que
dan a favor de Salamanca: "En el convento de San Esteban
--dicen--, se reunió Colón con el Consejo Real antes de
emprender su primer viaje a América. En su Universidad,
pensadores y juristas como Francisco de Vitoria alumbraron el
Derecho de Gentes, nacido de la reflexión sobre las cuestiones
abiertas por la presencia española en América". Por lo visto el
convento de San Esteban tiene otra valoración a los ojos del
Gobierno que el convento de La Rábida. Al Padre Marchena, que le
vayan dando. A los Pinzones, que les toquen lo que rima.
A Huelva, una vez más, la dejan a la orilla,
orillada en los grandes fastos americanistas de España. Sevilla
vive sus grandes proyectos de futuro, como el Metro. Málaga vive
el presente ya hecho realidad de sus proyectos de futuro. Cádiz
sueña que el Bicentenario de La Pepa, en el 2012, sea para la
ciudad como la Expo para Sevilla. A Huelva no le ofrecen nunca
la menor esperanza no ya de futuro, sino de reconocimiento
histórico de su pasado. Una vez más, Huelva sufre un olvido
estrictamente Cumbre.
Sobre la marginación de
Huelva, en El RedCuadro:
Texto de la
conferencia "Sevilla-Huelva: gatos encerrados"
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|