spero
que a este paso no tengamos que ir todos en manifestación, con
las pancartas de "Aznar, culpable" por delante, a pedirle perdón
a la ETA por haber dudado alguien aquí un solo momento de su
honorabilidad, de su humanitarismo y de sus sentimientos.
Espero que a alguien se tome el trabajo de
investigar por qué Otegui sabía tan temprano que habían sido los
que habían sido y no habían sido los que no habían sido. Espero
que Otegui, que se lo sabe perfectamente, facilite al Ministerio
del Interior el número de teléfono de la centralita de la ETA
para que, en ocasiones semejantes, se puedan dirigir, como él,
directamente a la adecuada fuente de información.
Espero que alguien se tome el trabajo de
recordar que Ibarreche, y a las mismas horas, dijo exactamente
lo mismo que dijo Aceves a las mismas horas.
Espero que me explique alguien por qué delante
de la sede del PNV, habiendo dicho Ibarreche lo que dijo, no fue
convocada manifestación espontánea alguna a favor de, ¿cómo es?,
ah, sí, la paz, la verdad y no sé qué más.
Espero que me digan alguna vez por qué lo que
hace Televisión Española es manipulación y por qué eso mismo,
pero más recargado de bombo y de platillo, emitido por Canal Sur
Televisión, o por Euskal Telebista, o por TV 3, es una lección
de objetividad institucional en un medio público de información.
Espero que Luis Rojas-Marcos o Manuel
Trujillo, los psiquiatras españoles residentes en Nueva York me
expliquen por qué cuando el 11-M nadie culpó a Bush de los
muertos de las Torres Gemelas y aquí han echado sobre Aznar la
sangre de los trenes de Atocha. Y que de paso me digan cómo lo
que unió a los Estados Unidos ha sido precisamente lo que ha
desunido a España.
Espero que alguien recuerde que hace muchísimo
tiempo que estamos comprometidos con la guerra de Oriente Medio,
y que el primero que nos metió de hoz y coz en la guerra en
Irak, cuando la primera crisis del Golfo, al lado de los
americanos, fue Felipe González, cuando mandó la fragata "Santa
María" no con soldados profesionales, porque no tuvo arrestos
para suprimir el servicio militar obligatorio, sino con
marineritos de reemplazo cuyas novias lloraban y lloraban al
despedirlos en la base de Rota.
Espero que alguien, tras tantas perplejidades,
piense que España entera, con el luto, ha estado tres días
enteros, tres, sin tener programas del corazón en las
televisiones y que no sólo no ha pasado nada, sino que la moral
colectiva ha salido robustecida.
Espero que alguien haya tomada las medidas
oportunas, tras oír a Alfonso Guerra decir impunemente al salir
de votar que hemos estado ocho años en manos de una pandilla de
mentirosos.