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La
furgoneta de Javier Arenas era como un coche de cuadrillas. La
ponías en la carretera y sola se iba por los pueblos de mi
Andalucía, como los campanilleros de La Niña de la Puebla. Golpe
a golpe, verso a verso, hacía camino al andar. Tanto camino
recorrió, que a punto estuvo de adelantar una vez a Chaves en
número de diputados autonómicos, cuando la famosa pinza. Si
Arenas hubiera seguido en Andalucía con su furgoneta, seguro que
en las siguientes elecciones ya hubiera adelantado a Chaves, muy
pegado a su izquierda, para que nadie lo rebase, en una raya
continua con señal de adelantamiento prohibido que ahí lo tiene
y lo mantiene en San Telmo. Pero Arenas
sucumbió, como tantos andaluces, a la llamada de Madrid. Se bajó
un día de la furgoneta y se fue a Madrid, a acariciar la piel de
una cartera ministerial, por aquello de que Ubrique está cerca
de Olvera. Eso lo perdió y eso perdió al PP en Andalucía: que
Arenas se bajara de la furgoneta. Creía Arenas que por el
prestigio que el centralismo tiene en Andalucía, aquí iban a
estar encantados de tener un ministro en Madrid, y que mucha más
labor que desde la furgoneta podía hacer desde los telediarios.
El tiempo ha demostrado que no ha sido así. Desde que Arenas se
bajó de la furgoneta se perpetuó el voto cautivo del PSOE y el
voto derrotado del PP.
Ahora, después de perdido, al río, al río
Guadalquivir, al río Guadalete, al río Guadalhorce: Arenas
vuelve a la furgoneta. De la que nunca se debió bajar. Ha dicho:
"Estoy dispuesto a montarme en la furgoneta para ganar las
próximas elecciones". Rajoy, antes, le había confesado: "Javier,
no cuento contigo en Génova; la que cuenta contigo es la
furgoneta en Andalucía". Con moral alcoyana, vuelve Arenas a los
caminos. Se echa a la furgoneta como otros se echan al monte.
¡Cuánto tiempo perdido! Si no se hubiera bajado, durante estos
últimos ocho años Arenas podía haber estado con la furgoneta
repartiendo por esos pueblos gloria pura y bendita del dinero de
los presupuestos del Gobierno de Madrid, haciendo la cusqui a la
Junta en todos sus olvidos: "¿Que la Junta no os hace el
polideportivo? No os preocupéis, os lo hace Madrid". Ahora
Arenas vuelve a la furgoneta, pero no tiene nada que ofrecer y
mucho menos que dar, más que abrazos y buenas palabras. Los
dineros los maneja todos el PSOE, en el Gobierno y en la Junta.
Arenas vuelve ilusionado a la furgoneta, pero quizá lo único que
pueda hacer en ella es gastar gasolina. Si no se hubiera montado
en el coche oficial de Madrid, no le haría falta ahora la
furgoneta de Andalucía. Mira cómo Chaves no necesita furgoneta
alguna para dedicarse a la venta ambulante de promesas en los
mercadillos de votos de los pueblos.
Chaves pacta con Chaves
Constitución del Parlamento Andaluz y
constitución de las Cortes Generales. Para tener una mayoría
estable, el PSOE tiene que pactar en Madrid hasta con Labordeta,
que ya son ganas de pactar, y con los canarios: todos los días
un pacto, por lo menos. (Ay, los canarios consiguieron lo que
nunca los andalucistas: vender el plato de lentejas en Madrid y
a muy buen precio, y no en los ayuntamientos andaluces, por la
media pringá de una Delegación de Urbanismo...) Para tener su
mayoría andaluza, Chaves no ha tenido que pactar con nadie, más
que con los suyos: con sus votantes. Es el lado bueno,
espléndido, más que democrático, que tiene la mayoría de Chaves.
Aquí no nos llevamos la mayor sorpresa de con quién vayan a
pactar para después poder gobernar cómodamente. Chaves es el
tripartido y el pacto plural de sí mismo. Este pacto plural de
Chaves es en el tiempo y en el espacio. Va legislatura a
legislatura y de Ayamonte hasta Almería. Lo que más me alegra de
la mayoría absoluta de Chaves es que ha puesto a los
andalucistas y a Izquierda Unida en su sitio. Nadie ha destacado
suficientemente el avance imparable que supone que Antonio
Ortega no esté en una Consejería ni que haya aparatos enteros de
partido enchufados en las delegaciones provinciales de Turismo.
MMM y Zoido
Muy bueno lo suyo, don Francisco Robles,
nombrar por sus iniciales de la presidenta del Parlamento
Andaluz, María del Mar Moreno: MMM. Tres emes. Como las tres
emes así de grandes que se comió en las elecciones el PP. MMM
dicen que lleva un carrerón dentro de su partido. Aunque para
carrerones en un partido, el de Juan Ignacio Zoido en el PP. Ahí
es nada. El trabajador, conciliador y dialogante Zoido ha pasado
en horas veinticuatro de militante raso de un partido a
secretario general del mismo. Ole el arte.
Democracia búlgara
Si el preguntar no es molestia: ¿dónde está la
democracia interna del Partido Popular de Andalucía? ¿Cómo es
que sin que los militantes hayan sido convocados, ni los comités
locales hayan dado su opinión, ni se hayan presentado
candidaturas, haya un relevo en la presidencia regional del
partido y sea votado además por unanimidad? No sabía yo que a
efectos de la organización interna del PP había una novena
provincia andaluza. Que no es Cataluña, sino Bulgaria.
Ciudadano Pacheco
Cumplió su promesa electoral. Pacheco dijo en
la campaña: "Échale coraje". Se lo está echando. Lo dejaron sin
escaño andaluz y se agarra a la brocha una vez que le quitaron
la escalera. Y como ciudadano particular ya ha presentado una
tacada de iniciativas al Parlamento Andaluz en el inicio de la
VII Legislatura, que si el peaje de la autopista, que si la
reforma del Estatuto, que si Confederación Hidrográfica...
Cumplió su promesa electoral. Pacheco dijo en la campaña:
"Échale coraje". Se lo está echando. Lo dejaron sin escaño
andaluz y se agarra a la brocha una vez que le quitaron la
escalera. Y como ciudadano particular ya ha presentado una
tacada de iniciativas al Parlamento Andaluz en el inicio de la
VII Legislatura, que si el peaje de la autopista, que si la
reforma del Estatuto, que si Confederación Hidrográfica...
Prometió que iba a ser "un martillo pilón". De momento se tiene
que conformar con ser un martillo de bola, no metido en manteca
precisamente, porque se le está viendo la fecha de caducidad.
El Ministerio Alvarez
Andaluzas en el Gobierno. En Cultura, Carmen
Calvo. En Fomento, Magdalena Alvarez. De Alvarez Cascos a
Magdalena Alvarez. Fomento es un Ministerio completamente
Alvarez. Hay que llamarse Alvarez para tener la cartera de
Fomento. A ver si la Alvarez del PSOE no castiga a Andalucía
como la castigaba el Alvarez del PP, que nos quitó los Aves para
mandarlos a Cataluña y no desdobló la carretera de Algeciras.
Alvarez estará maravillada con su competencia sobre Aeropuertos
Nacionales. Si la ministra Alvarez, sin tener competencias
aeroportuarias, se ganó a pulso el título de "Lady Aviaco", ¿se
imaginan los encajes de bolillos que puede hacer ahora con los
billetes y con los puntos plus de Iberia?
Farol de cola
Como estamos en Semana Santa, nada más
apropiado que los candelabros de cola, llamados en algunos
sitios faroles de cola. Es el que una vez más tiene Andalucía en
el Anuario Social de España de La Caixa. Sacamos las notas más
bajas de toda España en renta, en servicios sanitarios y en
nivel educativo. La Caixa le da un mentís absoluto al lema de
"Andalucía se crece" con que Chaves ganó la mayoría absoluta. Se
ve que los votantes de Chaves no han leído el informe de La
Caixa, y que además les importa un bledo. Por lo cual, ya que
Chaves es presidente del partido que en la tierra de La Caixa
gobierna con el tripartito, debería darle un toque a Maragall,
para que maquillen un poquito el próximo Anuario, para que no
dejaran a nuestra tierra tan mal a los ojos de España, con el
viejo baldón tercermundista.
Tecnología cofradiera
Lo que no sabe La Caixa, y ellos se lo
pierden, es que aquí tenemos tanta tecnología punta que ya
robotizamos hasta a los Cristos de Semana Santa. Machado habría
escrito ahora su saeta diciendo que el pueblo andaluz anda
pidiendo "chips" para bajar automáticamente de la cruz a ese
Señor del madero. Es lo que han hecho en el Parque Tecnológico
de Málaga, donde un equipo de ingenieros del Instituto Andaluz
de Automática Avanzada y Robótica ha robotizado el brazo del
Cristo de la Esperanza. Este Cristo bendice a los fieles, y lo
hacía antes con un sistema hidráulico de pistones que era un
desastre, porque aquello no emocionaba a nadie. Ahora le han
puesto un robot electrónico que garantiza un movimiento de
bendición de lo más natural. Además, antes debía acompañarse el
artilugio de una infraestructura muy pesada que se ocultaba bajo
el trono, con varias baterías de camión, un cuadro grande de
electricidad y un motor para la presión hidráulica. Ahora el
Cristo tiene movimiento en el brazo con un robot que funciona
con una batería de 12 voltios, con una electrónica de control
que reproduce la bendición y que se acciona mediante un botón
que está situado en los varales, junto a la campana, y aligera
el peso del trono, dado que la parte del control pesa menos de
10 kilogramos. Para que luego digan que Andalucía no está en la
cabeza de la tecnología punta.
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