e
han dado un canutazo. Yo no sabía lo que era un canutazo hasta
que el otro día me lo dieron. Un canutazo es que te ponen una
cámara y un alcachofa por delante, para que largues de lo que te
pregunten. El canutazo es lo que tratan de evitar los famosillos
de la caspa, corriendo si hay que correr con el carrito de las
maletas por los pasillos de Barajas. Porque el canutazo es
gratis total. Por el canutazo no se cobra. Aunque del canutazo
te salgan artículos como el presente. Hombre, alguna ventaja
debía de tener no ser Humberto Janeiro, que no escribe artículo
alguno cuando le dan un canutazo, sobre su bravío canuto mismo.
El canutazo era de los informativos de Antena 3 y
sobre la letra de la Marcha Real, vulgo himno nacional. Esto que
cree la gente, que la Marcha Real no tiene letra. Mentira, eso
es una mentira tan gorda como la que nos están vendido Moratinos
y la compaña, que en la Unión Europea hemos quedado de cine,
cuando nos han dejado de cine de barrio donde se oye el
chasquido de comer pipas.
La Marcha Real tiene letra. No una, sino
varias letras. No me refiero a las históricas que le escribieron
tío José María Pemán o Marquina. La Marcha Real tiene las letras
más líricas que podamos pensar. Son letras dadaístas. Ni el
mejor poema ultraísta de Gerardo Diego o de Juan Larrea superan
el creacionismo de las letras dadaísta que el pueblo ha puesto a
la Marcha Real. "Hasta que el pueblo las canta, las coplas,
coplas no son", dijo otro tío literario nuestro, tío Manolo
Machado, y con la Marcha Real se ve esta copla. La verdadera
letra de la Marcha Real es la que canta el pueblo en los
estadios de fútbol, cuando juega la selección nacional. Tiene
varias versiones. Está la versión Massiel, que dice: "Lála, lála,
lalála, lalalala, etc.". Está la versión Nino Bravo, que dice: "Nino,
nino, ninino ninonino, etc." Está la versión Orfidal o Dormidina,
de nana para dormir el pasado de guerras civiles de un pueblo,
que dice: "Nana, nana, nanana, nananana, etc.". Y está la
versión Galicia o Aragón, que dice: "Chunta, chunta, chuntata,
tatachunta, etc." Y muchas más. Todas ellas, asumidas por el
pueblo, defendidas como propias, sin el menor problema, por la
izquierda y la derecha, por los estatalistas y por los
nacionalistas.
No hay, por tanto, que buscar letra a la
Marcha Real, porque le sobran textos dadaístas. Que son de
todos, que nadie rechaza. Ya quisiéramos que la bandera de
España ondeara en las Vascongadas como suena en el aire la letra
constitucional, soberana y popular de la Marcha Real, con su
chundarata o su nananero, cuando juega la selección. La más
vertebradora e integradora de España. La selección nacional y no
el Rey debería haber ido a Barcelona para inaugurar el Forum.
Hubieran ondeado sin problemas miles de banderas de España y
hubiera sonado la Marcha Real. Con esa letra indeleble que le ha
puesto el pueblo, que por resistir hasta resistirá los cambios
que habrá que hacerle a todo con esta Constitución Europea cuyo
texto sí que es un himno solemne y extraño que nadie conoce.